Cuando la viralidad tiene mejor recompensa que la veracidad

Hoy toca obsesión personal, que no es otra la de la veracidad de la información y la distribución masiva de errores, falsedades o simplificaciones por internet. Iba a titular algo así como "ese viral que disfrutas y compartes es falso", pero aunque llevamos tiempo discutiendo que la la verdad es menos viral, tampoco quiero situarme en el extremo del rechazo del todo por la parte.
En las últimas semanas he coleccionado varias lecturas que apuntan en la misma dirección; NYT con "Si una historia es viral, podemos dar por derrotada a la verdad"; Vice.com que escoge el mismo ejemplo del artículo de Linda Walther Tirado y su posterior difusión; Daily Caller partiendo de otro caso, el de la historia de Elan Gale en el avión.
Si no conocen los virales discutidos, en esos artículos pueden asomarse a ellos y observar un patrón común: el de una historia que toca el lado emocional, polémico o divertido, capaz de generar titulares llamativos y que se puede consumir en un minuto. A ello se le suma un sospechoso habitual - Buzzfeed - y su máquina de detectar y amplificar temas con potencial de viralidad y la combinación está servida: difusión planetaria, éxito en redes sociales, cientos de miles de compartidos y me gusta e ingresos para varios de los actores de la cadena: a veces el creador del hoax o fake, siempre los agregadores de virales y las plataformas de difusión tipo Twitter o Facebook.
Y los usuarios, que nos llevamos nuestra recompensa en forma de "señales sociales" con "me gustas", "+1", "favs", "retuiteos" o más seguidores. En toda la cadena hay incentivos - y esto es importante - para detectar el viral en un momento temprano, cuando los competidores por la atención no lo han amplificado y distribuido todavía. Con eso ganamos mucho en capacidad de ser quienes lideren su popularización y, por tanto, nos llevemos el trozo gordo de la visibilidad y el tráfico.

Claro que al final, cuando se descubre que la información era errónea, falsa o incompleta, la visibilidad de la corrección es la mayoría de las veces tiene mucho menos alcance. ¿Impacta en los Buzzfeed y compañía? Tengo mis dudas, por un lado mi impresión es que la exigencia de los ciudadanos con estos sitios y su contenido de ocio es baja; por otro tampoco creo que a nadie le guste visitar un sitio donde gran parte del contenido son invenciones más o menos interesadas.
No soy demasiado optimista, pero al menos se van observando movimientos: las plataformas de distribución como Facebook anuncian cambios para tener menos "memes" de este tipo, también - aquí tengo un sesgo - empiezo a ver voces críticas con la credulidad y la falta de exigencia respecto a los contenidos que consumimos. Por aquí seguiremos en todo caso dando la vara, alertando de cómo la tentación de lo que queremos creer, de que debemos exigir enlaces para contrastar lo que nos cuentan (cómo odio esa tendencia actual a compartir capturas de artículos en Twitter de tantos usuarios que sólo porque con foto los twits se ven y comparten más nos privan a los demás de la información y al medio que ha la creado de las visitas) y repudiando las imágenes eslogan.
Por cierto, respecto a esto último, Xkcd lo clava.