Todos los motivos por los que odiaremos el robotaxi autónomo
Del “ejemplo de no estar preparados para el mundo real” a “aunque puedan empezar a funcionar en el mundo real, la adopción de la tecnología no es inmediata ni mucho menos”
El coche autónomo tiene un lugar en mis presentaciones sobre inteligencia artificial.
Suelo mencionarlo cuando quiero enfatizar que, aunque la IA ofrezca resultados prometedores y experiencias que nos dejan boquiabiertos, el mundo real es demasiado complejo para ella y es difícil verla completamente desplegada “en producción”.
Las noticias del último año apuntan a que quizás esté llegando el momento de cambiar el discurso sobre el coche autónomo y los robotaxis. “Primero poco a poco y después de repente”, que decía el novelista.
El “ahora sí” del taxi autónomo
Vídeo por Daylen Yang
Tendremos evento de Tesla el 10 de Octubre con la presentación de su propuesta. Pero, sobre todo, tenemos los números del líder en la categoría, Waymo: está realizando 100000 viajes pagados en robotaxi cada semana en Los Ángeles, San Francisco y Phoenix, unos meses después de pasar 50000. Salir de la beta cerrada ha destapado que había una enorme demanda.
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No es lo mismo un accidente entre humanos que uno con una máquina autónoma
¿Qué nos cabe esperar?
A corto y medio plazo: empiezan a salir de la ciudad, y Tesla va a volcar la atención hacia ellos. ¿Cómo vamos a afrontar en la conversación pública los accidentes en los que están involucrados robotaxis sin conductor? (este análisis de los informes de Waymo apunta a que los peatones tienen la culpa de la mayoría).
Estamos en el estadio en el que reguladores y empresas negocian y discuten plazos: tendremos avances en Estados Unidos como ya estamos viendo, pronto será muy habitual ver las de China que no querrá quedarse atrás y mientras nos lo pensaremos e iremos más despacio y prudentes en la Unión Europea. De hecho, por aquí todavía estamos esperando el FSD de Tesla, que podría llegar en 2025, años más tarde que en EE.UU.
A largo plazo: si esto acaba funcionando y tenemos coches que se conducen sólos y con menos accidentes que los humanos, se revolucionará toda la industria de la movilidad. ¿Dejaremos que los humanos conduzcan? ¿aprovecharemos para controlar en cada momento que hacen desde el Estado aprovechando la conectividad? ¿se comerán esta industria Tesla y Waymo de Google?
Hay otra categoría de actores a tener en cuenta en lo que al futuro del coche y la movilidad se refiere: Cabify, Bolt, Uber. Vía Alex Rayón llego a esta entrevista a Dara Khosrowshahi, CEO de la última:
Toda la entrevista es muy interesante si te interesan los negocios digitales, con más de 10 minutos dedicados al coche autónomo que dan para un amplio debate.
Khosrowshahi incide en algo que vengo apuntando (cómo se refuerza uno cuando ocurren estas cosas): aunque racionalmente tengamos delante una forma de movilidad que salva vidas de forma neta porque los coches autónomos tienen menos accidentes que los conducidos por los humanos, eso no significa que vaya a haber aceptación social.
Todos los motivos por los que odiaremos el robotaxi autónomo
Tenemos, por un lado, una resistencia natural de los profesionales de la industria, hay decenas de millones de personas que se ganan la vida conduciendo. Pero no sólo ellos. En el salto al coche autónomo puede haber un giro industrial importante.
Google y Tesla como las más avanzadas en el producto; Uber, la comercializadora; ¿Dónde quedan el coche europeo y el coche chino? Y, sobre todo, podemos pasar de que pequeños empresarios del taxi que capturan la mayor parte del valor de los viajes privados en ciudades a que lo hagan grandes empresas tecnológicas.
Luego tendremos una vía mediática: un accidente en el que todos los involucrados conducían o eran humanos es mucho menos “noticioso” que otro en el que hay una máquina autónoma. La mayor exposición puede llevar a que parte del público se quede con la impresión de que los números son al contrario de la realidad.
Por último, tendremos una oposición sociológico-filosófica que puede derivar en una postura libertaria que plantee renunciar a la seguridad en pro de una mayor agencia humana.
Con más inteligencia artificial, sistemas controlados por software que toman decisiones que nos afectan y más automatización, tendremos mucho discurso que apunte a que la máquina nos desplaza, que nos volvemos más tontos y no nos esforzamos y a que, en última instancia, el coche autónomo y conectado es una vía más de control del Estado de nuestra libertad de movimiento: la carretera “hablará” con nuestro coche, le indicará el camino, la velocidad y le cobrará en consecuencia.
Como siempre, es muy difícil hacer predicciones, sobre todo si son sobre el futuro. Algunos tenemos un historial destacable en ello. Por el momento estoy pensando en mover el coche autónomo y el robotaxi dentro de mis presentaciones. Pasaré del “ejemplo de no estar preparados para el mundo real” a “aunque puedan empezar a funcionar en el mundo real, la adopción de la tecnología no es inmediata ni mucho menos”.
Muy interesante (como siempre), Antonio. Y gracias por la mención.
El tema también tiene su veta legal. Por más que los números digan que generan menos accidentes, el tema es QUIÉN o QUIÉNES se responsabilizan en casos en que sí sucedan? El dueño del auto? El que lo diseño? El que lo programó? El que pidió el viaje? Con los humanos no pasa eso y acá se torns difuso