En el debate sobre el espacio que pueden y deben tener las marcas en lo público (patricinios, nombres de localizaciones, publicidad visual y sonora) uno viene siendo cada vez menos abierto a propuestas colonizadoras, en las que las empresas pierden oportunidades de ser percibidas como quienes vienen a ayudar y a aportar valor a la sociedad y escogen el camino de "comprar" la visibilidad sin que haya un trasfondo o justificación más allá de que "con su dinero los servicios acaban resultando más baratos a los ciudadanos".
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Julien Oliver y la ciudad sin publicidad
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En el debate sobre el espacio que pueden y deben tener las marcas en lo público (patricinios, nombres de localizaciones, publicidad visual y sonora) uno viene siendo cada vez menos abierto a propuestas colonizadoras, en las que las empresas pierden oportunidades de ser percibidas como quienes vienen a ayudar y a aportar valor a la sociedad y escogen el camino de "comprar" la visibilidad sin que haya un trasfondo o justificación más allá de que "con su dinero los servicios acaban resultando más baratos a los ciudadanos".