Leyéndote me acuerdo del primer año de Universidad, cuando precisamente nos explicaban cómo la tecnología no sólo necesita avanzar, sino encontrar su "killer app" que lo hiciera rentable y acelerara su implementación. El ejemplo por excelencia en aquel momento (año 2000) era el SMS, esa genialidad que permitió que las empresas de telecomunicaciones se forrasen durante años simplemente utilizando un cacho de ancho de banda que las llamadas no necesitaban.
Ya en aquel momento se discutía qué sería lo siguiente. La mensajería instantánea en los móviles y la videollamada eran dos cosas que ya se barajaban en el mundo de las telecomunicaciones, pero ambas necesitaron que llegase ese momento en el que por fin tuvieron sentido. Whatsapp llegó justo a la par que la generalización de Internet en el móvil (antes y después hubo otras empresas de mensajería, pero no llegaron en el momento adecuado). Para lo segundo, primero apareció tímidamente Facetime, pero la pandemia de Covid fue lo que realmente disparó el uso de las video llamadas.
Yo con las gafas de realidad virtual llevo tiempo pensando que sí que hay una posible killer app que las popularizará en 5 - 10 años: las visitas inmersivas a ciudades turísticas. Habrá muchos que seguirán viajando, cada vez a un coste mayor. Muchas otras personas encontrarán alternativas haciendo visitas virtuales, mucho más económicas y asequibles. No será la misma experiencia, pero sí que será una experiencia que marque ese punto medio que cada vez hace más falta entre el turismo sostenible y la popularización del mismo (el proceso, según lo imagino, tendrá varios pasos y será lento, pero creo que llegará de forma inevitable).
Sobre esta idea hablamos a propósito de mi planteamiento que es la convergencia “antropomorfa” de las TIC (https://jajugon.substack.com/p/protagoras-y-el-metaverso). La killer app vendrá cuando los nuevos dispositivos se acerquen todavía más a nuestras necesidades, más instintivas, más inmediatas.
La idea de las visitas turísticas en remoto de forma inmersiva puede resultar atractiva en ciertas circunstancias: la gente se ahorrará colas enormes y caras visitas masificadas para ver la Mona Lisa o el Manneken Pis gracias a esta inmersión sin llevarse un chasco tan grande como en la presencialidad. Pero mientras el turismo siga creciendo como hasta ahora y su sostenibilidad no sea cuestionada en serio, la realidad presencial seguirá teniendo un atractivo mayor que la inmersión virtual.
Yo últimamente apuesto más por la cuestión relacional a la que apunta la IA. Las nuevas interacciones humanos-máquinas que van a surgir, si logran resultar más satisfactorias y completas en un mundo de fuerte aislamiento social podrían servir como red de arrastre hacia esos nuevos hábitos. Pensad en el protagonista de Her interactuando en el Metaverso con su sistema operativo.
Yo soy más lento que tu probando algunas cosas nuevas. Pero hace unos meses me regalaron unas Quest 2. No les he podido dedicar el tiempo que desearía, pero veo algunas aplicaciones que las harían destacar si alguien pensará en ello. Una de las que en el Internet gris más se ven son los vídeos 3D. Una vez localizas una comunidad con vídeos inmersivos, muchos adaptaciones de películas actuales ves un montón de gente usando las gafas. En mi casa mi hijo flipa con esa función. Ya piensa que con un modelo superior con mejor resolución podría pasar del televisor.
Por mi parte me ha gustado mucho la posibilidad de usar el PC desde dentro del sistema mediante el acceso de escritorio remoto. La aplicación oficial de Meta me parece floja, pero un par de aplicaciones comerciales las veo muy interesantes. Pero para usarlas de verdad me falta también algo más de resolución. Pero unas gafas con un hardware potente y que fuesen cómodas de llevar encima serían ideales para trabajar virtualmente desde casa, aquí si veo una aplicación asesina a poco que alguien sea capaz de integrar bien la realidad virtual con un sistema de oficina virtual mezclando el entorno real físico con los que están desplazados.
Leyéndote me acuerdo del primer año de Universidad, cuando precisamente nos explicaban cómo la tecnología no sólo necesita avanzar, sino encontrar su "killer app" que lo hiciera rentable y acelerara su implementación. El ejemplo por excelencia en aquel momento (año 2000) era el SMS, esa genialidad que permitió que las empresas de telecomunicaciones se forrasen durante años simplemente utilizando un cacho de ancho de banda que las llamadas no necesitaban.
Ya en aquel momento se discutía qué sería lo siguiente. La mensajería instantánea en los móviles y la videollamada eran dos cosas que ya se barajaban en el mundo de las telecomunicaciones, pero ambas necesitaron que llegase ese momento en el que por fin tuvieron sentido. Whatsapp llegó justo a la par que la generalización de Internet en el móvil (antes y después hubo otras empresas de mensajería, pero no llegaron en el momento adecuado). Para lo segundo, primero apareció tímidamente Facetime, pero la pandemia de Covid fue lo que realmente disparó el uso de las video llamadas.
Yo con las gafas de realidad virtual llevo tiempo pensando que sí que hay una posible killer app que las popularizará en 5 - 10 años: las visitas inmersivas a ciudades turísticas. Habrá muchos que seguirán viajando, cada vez a un coste mayor. Muchas otras personas encontrarán alternativas haciendo visitas virtuales, mucho más económicas y asequibles. No será la misma experiencia, pero sí que será una experiencia que marque ese punto medio que cada vez hace más falta entre el turismo sostenible y la popularización del mismo (el proceso, según lo imagino, tendrá varios pasos y será lento, pero creo que llegará de forma inevitable).
Sobre esta idea hablamos a propósito de mi planteamiento que es la convergencia “antropomorfa” de las TIC (https://jajugon.substack.com/p/protagoras-y-el-metaverso). La killer app vendrá cuando los nuevos dispositivos se acerquen todavía más a nuestras necesidades, más instintivas, más inmediatas.
La idea de las visitas turísticas en remoto de forma inmersiva puede resultar atractiva en ciertas circunstancias: la gente se ahorrará colas enormes y caras visitas masificadas para ver la Mona Lisa o el Manneken Pis gracias a esta inmersión sin llevarse un chasco tan grande como en la presencialidad. Pero mientras el turismo siga creciendo como hasta ahora y su sostenibilidad no sea cuestionada en serio, la realidad presencial seguirá teniendo un atractivo mayor que la inmersión virtual.
Yo últimamente apuesto más por la cuestión relacional a la que apunta la IA. Las nuevas interacciones humanos-máquinas que van a surgir, si logran resultar más satisfactorias y completas en un mundo de fuerte aislamiento social podrían servir como red de arrastre hacia esos nuevos hábitos. Pensad en el protagonista de Her interactuando en el Metaverso con su sistema operativo.
Yo soy más lento que tu probando algunas cosas nuevas. Pero hace unos meses me regalaron unas Quest 2. No les he podido dedicar el tiempo que desearía, pero veo algunas aplicaciones que las harían destacar si alguien pensará en ello. Una de las que en el Internet gris más se ven son los vídeos 3D. Una vez localizas una comunidad con vídeos inmersivos, muchos adaptaciones de películas actuales ves un montón de gente usando las gafas. En mi casa mi hijo flipa con esa función. Ya piensa que con un modelo superior con mejor resolución podría pasar del televisor.
Por mi parte me ha gustado mucho la posibilidad de usar el PC desde dentro del sistema mediante el acceso de escritorio remoto. La aplicación oficial de Meta me parece floja, pero un par de aplicaciones comerciales las veo muy interesantes. Pero para usarlas de verdad me falta también algo más de resolución. Pero unas gafas con un hardware potente y que fuesen cómodas de llevar encima serían ideales para trabajar virtualmente desde casa, aquí si veo una aplicación asesina a poco que alguien sea capaz de integrar bien la realidad virtual con un sistema de oficina virtual mezclando el entorno real físico con los que están desplazados.