Auge y caída de los pioneros del smartphone
De este artículo en el que llamaba "teléfono total" al Nokia N95 y estos otros dos que he escrito hoy sobre la compra por Microsoft de la división de móviles del fabricante finlandés y cómo queda el sector tras ella han pasado siete años.
No quiero aburrir intentando glosar todo lo sucedido, para eso está el archivo, para reflejar el auge y caída de los pioneros del smartphone. Y es que estos tiempos no sólo son los del final de la marca Nokia, del fin del proyecto de la compañía que otrora fuese reina indiscutible del sector, también estamos ante el ocaso de otros viejos rockeros. Motorola también fue comprado por otra compañía de software, mientras que Blackberry pasa por los momentos más difíciles de su historia.
Decíamos hace poco que el móvil no es país para viejos, refiriéndonos a los intentos de reciclaje de algunas marcas clásicas del sector PC. El mercado de los smartphones no perdona un año malo, varios seguidos son una catástrofe. Y los inventores del smartphone - Nokia, también RIM / Blackberry - no estaban preparados ni cultural ni estratégicamente para pasar tantas temporadas en el infierno.
Se va también, ay, una marca con la que uno empezó a escribir de móviles y electrónica de consumo. La primera que consiguió que gastase una gran cantidad de dinero que me costó sudores ahorrar en un teléfono de gama alta, la gran estrella europea en un mundo entonces tan americano y ahora también asiático. Nokia soñó y ejecutó un teléfono que era un ordenador, que tenía GPS y mapas, que podía hacer fotos y conectarse a internet. Ahora a su gente le tocan tiempos difíciles, ojalá su espíritu y capacidad florezca allá donde vayan, sea en Microsoft, sea en cualquier otra parte.