La gran persuasión
Ahora es ChatGPT el que comienza la conversación y te ofrece comprar con un botón integrado mientras mantiene el mayor nivel de conocimiento y persuasión.
Las frases del tipo “Facebook te conoce mejor que tu madre” siempre me parecieron - perdón por la expresión - una tontería muy gorda. Es el tipo de afirmaciones que se repiten una y otra vez, pero que no resisten una reflexión que dure más de dos segundos.
Estos días, tras andar probando Pulse de ChatGPT, me decía a mí mismo que la exageración permanente para con las redes sociales iba a dejar poco margen a la hora de calificar lo que se viene con la inteligencia artificial y lo que “nos conoce”.
Qué ha cambiado con Pulse
OpenAI presentó esta semana ChatGPT Pulse como una nueva experiencia que investiga de forma asíncrona por la noche y por la mañana entrega tarjetas visuales con recomendaciones, recordatorios y avances en proyectos personales. De momento sólo en la aplicación en el móvil y para usuarios Pro. Este “resumen del día” se alimenta de tu historial de chats, memoria y, si los conectas, de Gmail y Google Calendar.
Dicho de otra forma, es un giro en la comunicación con la inteligencia artificial: ahora es ChatGPT el que comienza la conversación.
Además de ser proactivo, Pulse es curable: puedes decirle qué quieres ver mañana añadiendo nuevos temas que ChatGPT no haya detectado de tus conversaciones y señalar lo útil o irrelevante. La interfaz son tarjetas con imágenes y texto; en mi experiencia suele mostrar entre cinco y diez piezas al día y, de momento, evita el scroll infinito con un “eso es todo por hoy”.
Si Instagram, TikTok o Facebook personalizando la publicidad y el contenido llegaban a generar incomodidad y a preguntarnos ‘si nos están grabando’, con esta nueva opción de ChatGPT he tenido dos o tres momentos de decirme que hemos pasado definitivamente a otro estadio diferente.
ChatGPT sabe que escribo una lista de correo (todos mis textos los repasa en busca de errores) y de qué temas: proactivamente me sugiere noticias o debates sobre los que podría escribir y me hace un planteamiento bastante acertado.
Otro día “se acordó” de que hago fotos en la playa y me compartió unas instrucciones muy completas para capturar el atardecer… adaptadados por completo a la cámara y el equipo que tengo. A continuación me recordó un correo no respondido con propuesta de reunión, tras comprobar la agenda me recomendó aceptarla por ser un evento que me encaja. No sólo eso, tenía ya un borrador listo al que yo podría darle el visto bueno.
Probé el “¿De qué quieres saber más?” para que no se base sólo en lo que hago en el chat y el correo sino conducirlo a temas declarativamente. Le pedí información sobre helados industriales en España y ahí se excedió un poco (me dió las ofertas de Carrefour y movidas corporativas de Alacant). ChatGPT no me juzga y, de alguna manera, me da una alternativa al Discover de Google que me resulta más interesante: los temas vienen masticados y resumidos y no parece incentivar a los medios y creadores a titulares amarillistas y clickbaiteros.
El nuevo botón de compra de ChatGPT
No he podido evitar conectar el tema con Instant Checkout, el nuevo botón de compra de ChatGPT. Lo presentan como “comercio agéntico” pero de momento se queda en pagar sin salir del chat. La versión inicial funciona en EE. UU. para productos de Etsy, con Shopify “próximamente” (OpenAI habla de “más de un millón de comercios”).
Dicen que el ranking de productos cuando el usario consulte será orgánico (sin que se pueda pagar por estar mejor posicionado en las búsquedas). El negocio para OpenAI estará en que los comercios paguen una comisión por transacción: el usuario no paga extra. Los pagos y los envíos siguen a cargo del comercio, ChatGPT “actúa como agente del usuario”.
Por todo ello el movimiento parece situar a ChatGPT mucho más cerca de Instagram y TikTok en el “embudo de conversión” que de Amazon. El uso de “agéntico” tendría mucho más sentido si explorara la web y negociara precios en mi nombre, pero de momento la solución dista de ser algo más sofisticada que TikTok Shop. Es decir, operativamente, Instant Checkout se parece más a social commerce (descubrimiento + pago en la misma interfaz) que a un marketplace logístico.
Parece un intento de conseguir no tener que poner anuncios a los cientos de millones de usuarios gratuitos de ChatGPT. Si vuelvo a Pulse y a esa capacidad de “conocerme” - y por tanto de supersegmentar la publicidad - la tentación de poner anuncios debe ser enorme.
IA y persuasión: por qué esto sí cambia el juego
¿Sabéis otra expresión a la que he tomado aversión? “Esto lo cambia todo”. En el lado de creadores también sobreexplotamos la exageración para llamar la atención de usuarios y algoritmos.
El caso es que, por esta vez, sí creo que la inteligencia artificial supone un salto importante en lo que a la persuasión se refiere. El propio Altman advertía hace un par de años que esperaba que la IA fuese capaz de una “persuasión sobrehumana”. Y es algo que se ha empezado a analizar: en un estudio, el antiguo GPT-4 se mostró un 81,7% más capaz de hacer cambiar de opinión a la gente durante un debate que otros humanos.
No me extraña que con este potencial de conocer y persuadir estemos a punto de traspasar una frontera.
En internet empezamos trasladando la confianza a opiniones de desconocidos a los que atribuíamos afinidad y ausencia de agenda oculta: esa persona no tenía los intereses espurios de organizaciones y medios, era como nosotros.
Conforme ha pasado el tiempo los foreros y usuarios amateur han empezado a priorizar obsesivamente la monetización, lo social ha dado paso a los creadores de contenidos y sus recomendaciones han empezado a resultar sospechosas conforme sabemos que muchas parten de incentivos económicos.
Creo que la inteligencia artificial y ChatGPT han empezado a ocupar ese espacio del ‘desconocido’ cada vez más familiar en el que confiamos, cuyas recomendaciones tendemos a creer. Y, aunque sospecho que los grandes creadores están blindados por nuestro deseo memético, la IA puede ganar espacio en influencia en decisiones de consumo. Y creo será así mientras percibamos control por nuestro lado y ausencia de conflicto de intereses.