La base de datos de ciudadanos que consumen porno online made in Cameron
Hoy hemos tenido un intenso debate sobre la propuesta de Cameron en Reino Unido para que los proveedores de internet censuren el porno por defecto. Los ciudadanos que quisiesen acceder deberán solicitarlo explíciticamente (opt-in) en lugar del mecanismo que se había planteado hasta ahora, de activación del filtro anti porno bajo petición (opt-out).
La medida se engloba junto a otras (prohibición total de cierto tipo de pornografía extrema, control de ciertas búsquedas) en un paquete que se propone "para proteger a la juventud" y "luchas contra la pornografía infantil", lugares comunes en las estrategias por el control de internet.
El caso es que estas nobles causas consiguen que muchos aplaudan tareas como la creación de bases de datos de ciudadanos que consumen porno online o, lo que es lo mismo, estigmatizar a la población en base a criterios morales desde los cuáles te atreves a decidir por ellos. Es más, hay una suerte de infantilización y de descarga de responsabilidad de los padres a la hora de tutelar a qué pueden acceder sus hijos.
Hay a quien esto del estado censurando y controlando quien accede a contenidos hasta ahora legales en base a una decisión moral le parece una buena idea.