HTC One y su peligrosa reincidencia en la excelencia
Hoy hemos estado en la presentación del nuevo HTC One - el HTC One (m8) - y en parte ha sido una reedición de lo que vimos hace un año con el modelo anterior. Un producto con un gran diseño, deseable al primer vistazo, con materiales de muy alta calidad y una propuesta que a priori puede dar mucho juego en fotografía con sus dos sensores traseros. Aquí están las especificaciones y también las primeras impresiones en vídeo.
Todo esto suena muy bien si olvidamos cuál fue el rendimiento en el mercado el año pasado de HTC. Éxito de crítica, pero no de público. Lo comentamos al poco de poder analizarlo, su posicionamiento en unos atributos para los que tengo dudas que haya sitio en el mercado. Mejor dicho, para ese posicionamiento fuerte en diseño y calidad material a 729 euros, ¿qué mercado fuera de Apple hay?
Y eso no es todo, también tenemos los problemas de puesta en producción, marketing, comunicación, complementar con gama. El conjunto es un reto molocotudo para HTC al que de entrada hay que reconocerle algo importante: su valor para reincidir en la excelencia en la que sigue creyendo a pie juntillas. El HTC One (m8) tiene pinta de ser de lo mejor del año en la gama alta de smartphones.