El mundo puede ser demasiado complejo para un coche autónomo
En Slate hacen una lectura bastante escéptica con que el coche autónomo sea capaz de gestionar situaciones en el mundo real más allá de las muy controladas
Cada pieza inacabada de la tecnología de - cada prototipo, que es lo que el coche de Google es - tiene un montón de ítems a marcar en su lista de tareas pendientes. Pero el mayor problema con el coche de Google es uno que ha acosado a los investigadores informáticos desde el momento en que las computadoras han estado existido: cómo dotar a las máquinas con el tipo de conocimiento cotidiano que los seres humanos adquieren y usan desde la niñez.
Debido a que Google está prometiendo al mundo un coche totalmente sin conductor, necesitará un ordenador en el vehículo que pueda tratar no sólo con todas las tareas obvias de conducción, sino cualquier otra cosa que el mundo le ponga por delante, ya sea en una calle congestionada ciudad o una carretera con un límite de velocidad de 85 mph.
En otras palabras, la aleatoridad del mundo - ya sea estricta si es que existe, ya sea de facto por la tremenda complejidad - presenta tal volumen de casos de uso que o conseguimos entornos muy controlados (carreteras casi perfectas con todo muy bien señalado) o nos tendremos que conformar con escenarios intermedios entre conducción manual y autónoma durante mucho tiempo. En Error 500, el coche autónomo