Warner quiere un canon asociado a la conexión por la descarga de música
Para que luego digan que en España no se innova y se exporta, la Warner quiere un canon asociado a la conexión por la descarga de música en Estados Unidos. La idea es que, aceptando que no pueden con el P2P y la que la gente cada vez pasa más de comprarles CD, establecer un pago fijo por conexión (que recaudarían los proveedores de conexión a internet), permitiendo acceso ilimitado a toda la música que se quiera para el usuario que lo pague. Para montar este canon e intentar convencer a proveedores de internet y resto de la industria musical, la Warner ha contratado a Jim Griffin, un veterano del sector (Portfolio.com, Paid Content).
La propuesta de la Warner coincide con el canon digital que padecemos en España en sus peores aspectos: indiscriminado, con un reparto de los ingresos oscuro, reflejo de una industria que, lejos de adaptarse a los nuevos tiempos, quiere incluso mejorar sus ingresos a base de amenazar a los clientes y crear nuevos impuestos que le beneficien. Este tipo de propuestas no añaden valor, no intentan convencer a nadie de que pague por algo que merece la pena sino se abstraen de que cada vez se otorga menos valor a su producto y quieren obligar a pagar por él a quien no tiene por qué hacerlo. Puestos a hacerlo ¿por qué no otro impuesto a la compañía eléctrica?, es más, ¿quién les ha dicho que por tener una conexión a internet estoy interesadísimo en escuchar a David de María o Alejandro Sanz? (ambos en el portafolio de Warner?
En lugar de incentivar el adaptarse a los nuevos tiempos y crear más valor, apoyan el mantener modelos de hace 20 años por la peor vía de todas: si no pagas el impuesto de la conexión estás en el disparadero de las demandas. En la era de los movimientos de Nine y RadioHead y su distanciamiento de las discográficas, lo que queda es tomar lo que propone Warner como lo que es: un último intento de obligar a que todo el mundo gire alrededor de los intereses de estas corporaciones.