Voto electrónico y esa bagatela de que todo con tecnología es mejor
Antes del día de las elecciones sacó Pablo Romero una pieza muy interesante sobre DNI electrónico y votaciones en El Español. Se centra mucho en la solución tecnológica actual y sus limitaciones, pero a mí me ha interesado más el debate de fondo que también toca:
No es el único problema. Tal y como apunta Justo Carracedo, catedrático jubilado y profesor Ad Honorem de la Universidad Politécnica de Madrid, “el voto desde cualquier lugar por Internet presenta tres amenazas para las que aún no hay solución: la posible coacción al votante, el riesgo de suplantación de personalidad y la venta de voto”.
Estos días el debate sobre el voto electrónico ha basculado entre cierto tecnoutopismo (si además lo hacemos por internet desde casa votaremos más, se implicará más la sociedad civil... el discurso alrededor de la democracia directa) y algunos casos en los que sí parece aportar valor como es el voto desde el extranjero y su burocracia y la privacidad del voto de los ciegos. Por otro lado, en la misma noche electoral:
Madrid. Ajustado. Un solo concejal. Indra. Sacar conclusiones.
— Antonio Mas (@antonmas) Mayo 24, 2015
ese tuit es un ejemplo, hubo muchos más, pero apunta que hasta gente del mundo digital tiene una confianza tendente a cero en cuanto hay tecnología (y alguien que gestiona la tecnología) en medio. Son el tipo de cosas que se dicen en el fragor y la excitación ante un gran evento, pero muestras un reflejo de desconfianza claro. El voto presencial con papeletas no está "roto", no es algo que haya que arreglar per sé: tiene la confianza de la gente, es verificable, podemos volver a contar los votos cuando queramos y, al menos en España, el escrutinio se hace de forma muy rápida. En la misma noche tenemos los resultados y nos fiamos de ellos. Versvs recogía hace años los argumentos críticos respecto al mismo. Este es un caso de una deriva tecnoutópica que tiende a sostener de forma más o menos explícita que "todo con tecnología es mejor", algo que no sólo es discutible, sino que parece patente que según como se implemente, es perjudicial.