Ubuntu tira por la calle del crowdfunding

He llegado tarde. En la campaña de Indiegogo de Canonical para financiar el primer teléfono con Ubuntu y Android había una oferta de 24 horas en la que se pagaba 600 dólares. Ahora contribuir y conseguir el terminal costaría 830 y se me hace bastante cuesta arriba, sobre todo porque han fijado el precio anterior por un smartphone que vendrá con los dos sistemas junto a 4 gigas de RAM, 128 gigas de disco SSD, LTE (con doble antena), pantalla 720p de 4,5 pulgadas con un “cristal de zafiro” y cámara de ocho megapíxeles.
La gracia de este Ubuntu Edge es que llevaríamos el PC encima, sacando un sistema de escritorio del móvil al conectar vía HDMI el terminal a una pantalla. La apuesta por el crowdfunding y buscar precompras para financiarse apunta a que se confirman mis temores cuando anunciaron el sistema: hay sobreoferta de plataformas y no han conseguido apoyo convencional de ningún fabricante.
Con este escenario el fiar el futuro a la precompra puede funcionarles aunque pidan la friolera de 30 millones: si en una comunidad existe ese sentimiento de "apoyar que algo exista" es en la del software libre y en la de usuarios de Ubuntu. Aunque racionalmente la propuesta de valor sea bastante discutible y haya sombras, si algo tiene que intentar Ubuntu para competir con Android es caminos diferentes de llegar al mercado.