Spotify ya no será más el interfaz entre el usuario y la música
Jarro de agua fría para los que apuntan continuamente a Spotify como el modelo ya conseguido para la música online. Ya sabíamos que el freemium no les estaba funcionando y que las discográficas presionaban continuamente contra el streaming de música gratis... y todo ello se ha traducido en el anuncio de hoy: llegan las restricciones a las cuentas gratuitas del servicio con un máximo de cinco reproducciones por canción y de 10 horas de música al mes.
Por un lado Spotify pierde su mayor herramienta de marketing, con este paso ya no puede ser más el interfaz entre usuario y música para aquellos que no tengan cuenta de pago. Es probable que estos días conviertan mejor que nunca (de gratuito a pago), pero a medio y largo plazo pierden bastante con la jugada. Si el movimiento está motivado por las exigencias de las discográficas - como parece evidente - me da la impresión de que se han precipitado: había todavía mucho recorrido para convertir a Spotify en la experiencia musical por excelencia y "atrapar" a los usuarios mucho más de lo que están ahora.
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