Parece que los consumidores y usuarios de servicios digitales vamos a convivir con productos finales con errores, porque ese es el mantra: avanzar, avanzar, avanzar y no quedarse atrás en la implantación de la IA.
De Duolingo a ChatGPT, productos imperfectos.
¿Está el usuario preparado para trabajar con errores? ¿Asumirán tus jefes, clientes, o tu mismo que el error estará más presente en tus outputs y a todos nos dará igual?
¿Nos encaminamos hacia la productividad imperfecta?
Algo me dice que cada vez será más complejo discernir entre lo verdadero y lo falso, lo bueno y lo malo, porque, a fin de cuentas, se priorizará lo funcional, lo práctico, y el resto serán capas superfluas que la moral no juzgará. Habremos aceptado que convivir con errores será el “new normal”.
Muy interesante el cierre "En “el nuevo mundo de la inteligencia artificial”, la necesidad de comunicación asíncrona ¿la seguiremos resolviendo con el correo electrónico?"
Me ha surgido una pregunta a raíz de todo esto:
Si actualmente la conversación —sea sincrónica o asincrónica— implica que tanto emisor como receptor son conscientes de los mensajes que intercambian, con la irrupción de la IA esto ya no se cumple al 100%, ¿no?
¿Qué mínimos debería establecer una persona para entablar una conversación con un agente de IA?
¿Deberíamos explicitarle la cadena de toma de decisiones que queremos que siga ese agente?
¿O bastaría con asumir que opera bajo una lógica "implícita", basada en nuestros datos o contexto?
En mi opinión no es nada nuevo: al fin y al cabo las empresas grandes y medianas, y las administraciones, llevan años interponiendo entre cliente y servicio un muro infranqueable llamado “atención al cliente” —o un comercial en su defecto— con protocolos estrictos que no resuelven, con frecuencia, problemas habituales; que únicamente trasladan decisiones prefabricadas y artificiales, sin margen para la flexibilidad y la atención personalizada. No encuentro mucha diferencia con un protocolo atendido por IA. Pienso que el reto es del modelo capitalista: si lo aceptamos tal cual es o si trabajamos para que el beneficio de incorporar la IA nutra a toda la sociedad, no solo económico para grandes empresarios y corporaciones. Saludos.
Quizás te apetezca escribir en algunos de mis newsletters en Substack sobre emprender, liderazgo, ciencias sociales, carreras, humanidades, startups, audiencias, ecología o dinero (gestiono más de 15).
Llevalos 3 años desde la llegada de chatGpT al telediario de las 3 y, ¿qué es lo q tenemos? Un chatGPT más potente. Que si, q ahora los vídeos de Will Smith comiendo spaghetti los clava, pero nuestras vidas siguen siendo (aprox) iguales.
Es aquello de q sobrevaloramos el cambio en 2 años e infravaloramos el de 10 años.
Creo que aún hay q pasar una crisis de la IA que separe el grano de la paja y q será efecto o causa de ese repensamiento de si necesitamos caballos o coches.
Bajo mi punto de vista, desde la llegada de ChatGPT hemos normalizado el uso de productos beta que no siempre funcionan. El objetivo es ser rápido, aunque mi producto aconseje (a veces) a alguien que ponga pegamento en la pizza.
Ya no importa la calidad, sino ser el primero en subirse a la ola.
Eso me lleva a otra reflexión: falta es mucha pedagogía sobre cómo funcionan los modelos. La gente cree que pueden preguntarles cualquier cosa y que su respuesta es la verdad más absoluta. Lo que no saben es que variando ligeramente su petición, el cálculo será distinto y la respuesta puede ser la opuesta.
Aprovechar los LLM de forma efectiva implica conocer bien cuáles son sus límites. Pero los departamentos de marketing ya se han encargado de que estos se difuminen.
No es incompatible: “Seguiremos siendo una empresa que se preocupa profundamente por sus empleados… los que queden”
¡la letra pequeña tras el asterisco!
Parece que los consumidores y usuarios de servicios digitales vamos a convivir con productos finales con errores, porque ese es el mantra: avanzar, avanzar, avanzar y no quedarse atrás en la implantación de la IA.
De Duolingo a ChatGPT, productos imperfectos.
¿Está el usuario preparado para trabajar con errores? ¿Asumirán tus jefes, clientes, o tu mismo que el error estará más presente en tus outputs y a todos nos dará igual?
¿Nos encaminamos hacia la productividad imperfecta?
Algo me dice que cada vez será más complejo discernir entre lo verdadero y lo falso, lo bueno y lo malo, porque, a fin de cuentas, se priorizará lo funcional, lo práctico, y el resto serán capas superfluas que la moral no juzgará. Habremos aceptado que convivir con errores será el “new normal”.
Muy interesante el cierre "En “el nuevo mundo de la inteligencia artificial”, la necesidad de comunicación asíncrona ¿la seguiremos resolviendo con el correo electrónico?"
Me ha surgido una pregunta a raíz de todo esto:
Si actualmente la conversación —sea sincrónica o asincrónica— implica que tanto emisor como receptor son conscientes de los mensajes que intercambian, con la irrupción de la IA esto ya no se cumple al 100%, ¿no?
¿Qué mínimos debería establecer una persona para entablar una conversación con un agente de IA?
¿Deberíamos explicitarle la cadena de toma de decisiones que queremos que siga ese agente?
¿O bastaría con asumir que opera bajo una lógica "implícita", basada en nuestros datos o contexto?
En mi opinión no es nada nuevo: al fin y al cabo las empresas grandes y medianas, y las administraciones, llevan años interponiendo entre cliente y servicio un muro infranqueable llamado “atención al cliente” —o un comercial en su defecto— con protocolos estrictos que no resuelven, con frecuencia, problemas habituales; que únicamente trasladan decisiones prefabricadas y artificiales, sin margen para la flexibilidad y la atención personalizada. No encuentro mucha diferencia con un protocolo atendido por IA. Pienso que el reto es del modelo capitalista: si lo aceptamos tal cual es o si trabajamos para que el beneficio de incorporar la IA nutra a toda la sociedad, no solo económico para grandes empresarios y corporaciones. Saludos.
Hola, Antonio, este artículo tuyo fue reseñado en el Diario de Substack: https://columnas.substack.com/p/reels-de-substack-y-las-plataformas
Quizás te apetezca escribir en algunos de mis newsletters en Substack sobre emprender, liderazgo, ciencias sociales, carreras, humanidades, startups, audiencias, ecología o dinero (gestiono más de 15).
Muy fan del repensar y del rehacer.
Llevalos 3 años desde la llegada de chatGpT al telediario de las 3 y, ¿qué es lo q tenemos? Un chatGPT más potente. Que si, q ahora los vídeos de Will Smith comiendo spaghetti los clava, pero nuestras vidas siguen siendo (aprox) iguales.
Es aquello de q sobrevaloramos el cambio en 2 años e infravaloramos el de 10 años.
Creo que aún hay q pasar una crisis de la IA que separe el grano de la paja y q será efecto o causa de ese repensamiento de si necesitamos caballos o coches.
Gran artículo, Antonio. Gracias por traerlo!
Me has dado muchas ideas. Mil gracias!
ey pues muchas gracias a ti por la lectura
Qué buenas las ilustraciones!
debería haberlo buscado más, pero el prompt original era de un tuitero!
Muy bueno Antonio. Entramos en la era del "repensar"
¡mucho! gracias Oscar
Gracias, Antonio. Gran reflexión. De lo mejor que (te) he leído.
vaya Pedro, gracias, muy generoso
Buenas reflexiones, Antonio.
Bajo mi punto de vista, desde la llegada de ChatGPT hemos normalizado el uso de productos beta que no siempre funcionan. El objetivo es ser rápido, aunque mi producto aconseje (a veces) a alguien que ponga pegamento en la pizza.
Ya no importa la calidad, sino ser el primero en subirse a la ola.
añado algo Edgar: quizás por diseño estas herramientas nos dejan siempre con un margen significativo de error
Eso me lleva a otra reflexión: falta es mucha pedagogía sobre cómo funcionan los modelos. La gente cree que pueden preguntarles cualquier cosa y que su respuesta es la verdad más absoluta. Lo que no saben es que variando ligeramente su petición, el cálculo será distinto y la respuesta puede ser la opuesta.
Aprovechar los LLM de forma efectiva implica conocer bien cuáles son sus límites. Pero los departamentos de marketing ya se han encargado de que estos se difuminen.