Relojes Tokyo Flash y la "tecnificación" de la ropa

Desde hace unas semanas estoy probando un par de relojes de Tokyo Flash, los modelos Keisan Silver (pantalla con LEDs) y Kisai (pantalla LCD).
Más que de "wearable computing" mi impresión es que estos relojes podrían considerarse una suerte de "tecnificación de la ropa", la adición de tecnología digital no tanto por la consecución de funcionalidades (véase por ejemplo los relojes capaces de integrarse con Android) sino por una especie de nuevo prestigio que acompaña a lo que hasta ahora se ha considerado territorio de una minoría "geek".
Los relojes de Tokyo Flash apuestan por la complejidad de la lectura, tienen una curva de aprendizaje puesto que se demarcan de las manecillas o la lectura directa de los dígitos. Cada uno tiene una lógica diferente y esto en principio forma parte del encanto del producto, en el cruce entre lo diferente y lo futurista.
Mi experiencia con ellos es que todo esto se consigue a base de algunos sacrificios. De entrada te tienen que gustar los relojes grandes y notorios, si lo tuyo es el minimalismo con los Tokyo Flash te vas a encontrar modelos gruesos que difícilmente pasan desapercibidos. Luego está la experiencia como reloj más allá de la estética y el posicionamiento, que según el modelo puede resultar demasiada complicación: por defecto la pantalla está apagada para no disparar el consumo y, o bien tiene acelerómetro y el giro de muñeca la enciende (recomendaría con mucho este tipo de modelos) o bien requiere una pulsación extra para poder saber la hora. No son para todo el mundo, te tiene que apetecer aprender una nueva forma de ver la hora y tener cierto gusto por lo tecnológico hasta el punto de vestirte en consonancia. También es cierto en que hay una pequeña satisfacción en cogerles el truco y automatizar la lectura de un reloj de este tipo. En todo caso, mi impresión es que son un síntoma de que lo tecnológico vive una época dorada de prestigio social, que se acaba notando, también, en la forma en que vestimos.