Las patentes software amenazan a Android y al ecosistema móvil
El tema de las patentes software vuelve con fuerza hasta el punto de que estamos llegando a una especie de climax: o se consigue ponerle coto en Estados Unidos o el software acabará siendo un negocio puramente de abogados. El núcleo de la disputa se sitúa ahora mismo en el móvil, con Android como especial protagonista. Al sistema operativo de mayor implantación en smartphones le están siguiendo un montón de "amigos":
El asunto más grave viene dada por la victoria de Apple en su demanda a HTC. Si vamos al detalle de las patentes involucradas, vemos que van directas a funcionalidades de Android como sistema.
Oracle también quiere ingresos por Android bajo el argumentario de violación de patentes y vulneración de su copyright por el uso de Java en Android. De hecho ahora mismo están pidiendo que Larry Page testifique.
Luego tenemos el llamativo caso de Microsfot, que gana más dinero con Android que con Windows Phone gracias a que la propia HTC llegó a un acuerdo con ellos para evitar demanda por patentes. Ahora van a por otros fabricantes.
El escenario a futuro no se presenta mucho más halagüeño, Google - que parece bastante ausente de esta problemática - perdió en la puja de las patentes de Nortel frente a un consorcio formado por Apple, Microsoft y RIM.
A todo ello hay que sumar a los "trolls de las patentes" que atacan tanto al ecosistema de desarrolladores de Android como al de otras plataformas, con bastantes ejemplos sobre la mesa como relatan Furbo, Macrumors y The Guardian.
El escenario que tenemos sobre la mesa es que empresas que hasta ahora no habían sido proactivamente litigiosas con las patentes como Apple y Microsoft han pasado a la ofensiva, en la que hay muchos más amenazando no sólo la plataforma Android (si por cada móvil se tienen que pagar 50 dólares por patentes tenemos un escenario en que empieza a ser mucho más caro que los sistemas propietarios con licencia), sino que también los nuevos desarrolladores en el móvil se ven amenazados. Lo dicho, esto parece un momento decisivo para las patentes software: o se hace una reforma profunda (ahí es donde Google va a apostar) o el negocio del software pasará a ser un negocio de grandes corporaciones con legiones de abogados.