¿Para qué demandar cuando puedes espiar y controlar?
La RIAA abandona la estrategia de las demandas a usuarios que comparten material con copyright, en favor de otras más cercana a la política de los "3 avisos francesa". Los detalles los da el WSJ, que explica que esta nueva etapa vendrá marcada por una alianza con los proveedores de conexión a internet, que colaborarán espiando la actividad de los usuarios y amenazando con cortar la conexión a todos aquellos que no cesen en su actividad.
Acaba así un período de varios años en los que la RIAA (en 2004 nos escandalizábamos con esto) ha protagonizado oleadas de querellas con un alto coste en dinero y con momentos tragicómicos, con demandas a ancianas y niños de trece años al apenas saber la IP del usuario y no tener ningún dato más. Como comenta Mariano, estamos en un nuevo escenario en el que, con las colaboración de los proveedores de internet, se renuncia a competir con el P2P con una mejor experiencia para intentar controlar lo que se hace en la red y vulnerar su esencia de terreno neutral.
¿Y en España? La SGAE ha tenido tiempo de aprender de la experiencia de la RIAA. Eso, unido al diferente marco legal que hace que compartir contenidos con derechos de autor no sea ilegal, les ha hecho apostar mucho más por el lobby. El Ministerio de Cultura ya ha anunciado una medida "antipopular", es decir, para favorecer a unos pocos y perjudicar a muchos (El otro lado).
¿En qué consistirá? Algunas pistas las tuvimos en el pasado Ficod y en el especial de El País (un ejemplo) en el que han ido preparando impúdicamente el terreno a una legislación "a lo Sarkozy", por la que se implique a los proveedores de internet en el espionaje, control y eliminación de derechos en favor de los intereses de la SGAE y la industria audiovisual. El derecho a la privacidad, a la información y a las comunicaciones, por detrás de mantener el modelo actual de estas organizaciones y maximizar sus ingresos.
Hay quienes sostienen que estos esfuerzos serán estériles, que no se puede "poner puertas al campo" y que tecnológicamente tienen la batalla perdida. En cierto sentido, tienen parte de razón, hoy se habla de P2P cuando gran parte de las descargas se ha desplazado a otras fórmulas (los Rapidshare y compañía) y que hay soluciones para no ser detectado. También están, en parte, equivocados, el objetivo no es tanto hacerlo imposible técnicamente sino desacentivar lo suficiente su uso haciéndolo difícil de superar (que la experiencia de compartir sea cada vez peor) y metiendo el miedo en el cuerpo a los ciudadanos. Que nadie espere que los proveedores de internet vayan a intentar salvaguardas la privacidad de sus clientes, les traicionarán en cuanto puedan ampliar su negocio y llevarse parte del de los contenidos.
Sólo nos queda decir, hoy por hoy, que si eres legal, comparte.