Oculus y el hype
Si hay un proyecto que he colocado en mi lista de "candidatos a estrellas a seguir en 2014" ese es Oculus Rift. Ya fue - para mí - lo mejor del E3 y desde que lo probé no he dejado de recomendarlo. Además ha sido la estrella en Games Week y también en los premios Xataka, donde se quedó con el galardón a la mejor innovación.
Las noticias se han ido sucediendo este año, agrandando el hype sobre Oculus: el gran John Carmack dejaba Id Software para centrarse completamente en el proyecto de realidad virtual, han vuelto a recibir inversión y han clarificado estrategia, apostando por plataformas abiertas y móviles en detrimento de las consolas.
En 2014 el desafío es responder con un producto comercial competitivo en experiencia y precio a las expectativas creadas. Oculus Rift ya no puede ir de tapado - todos hemos hablado ya demasiado bien de esa primera experiencia, ha robado demasiada atención - y los más audaces como Valve ya han anunciado respuesta.
Eso no es todo, Oculus Rift no sólo compite con otras formas de entretenimiento o con dispositivos similares, su mayor competencia va a ser el recuerdo del naufragio de la primera generación de realidad virtual.
Relacionado: Crowdfunding y el hype tecnológico