Los nuevos Zune
Después de la expectación creada con el primer Zune, luego tornada decepción por capar su potencial y llenar de DRM las canciones que se compartían vía Wi-Fi, Microsoft obtuvo unos resultados bastante modestos de ventas. En experiencia de usuario tienen complicado para competir con Apple y los iPod y si a eso sumamos sumamos limitar la funcionalidad estrella - creación de redes Ad-hoc para el intercambio de música en movilidad - obtenemos que Zune estaba condenado a un papel muy secundario. Pero Microsoft parece que está dispuesto a mantener la apuesta y hoy presentan los nuevos Zune.
¿Y qué ofrecen los nuevos Zune? Pues más capacidad, distintas modalidades (basadas en disco duro o memorias flash) y algunas mejoras en el software como soporte para podcasts y sincronización inalámbrica con el PC. Lo más interesante es que en la tienda de canciones de Zune empezarán a vender canciones sin DRM, por lo que Microsoft sigue los pasos dados por, entre otros, eMusic y AmazonMp3. Más información en Windows Connected.
Pero lo más importante, lo que podría convertir a Zune en algo realmente diferente a lo que hay en el mercado, sigue siendo desechado. Compartir canciones en movilidad con otros usuarios de Zune continúa estando capado, añadiendo DRM a las canciones para que no se puedan escuchar más allá de tres días, lo que reduce todo su potencial a la nada. Vale que el iPod Touch tampoco aprovecha su conectividad Wi-Fi, pero es que Apple está en una situación en que puede permitirse muchas cosas ¿o no, quien sabe si lo del iPhone le pasará factura). Habrá que esperar a ver el Blusens G14 o quedarse con propuestas como las de Sansa Connect para atisbar el futuro de los reproductores de música portátil.
¿Por qué Microsoft perjudica al usuario - como hace Apple con el DRM y limitando el Wi-Fi - en lugar de permitirle el uso de todo el potencial del dispositivo? Por una más que presumible sumisión a las grandes discográficas, sin ellas no hay Zune Marketplace, su iTunes, y parte del gran negocio del ecosistema que quieren copiar - el de Apple - lo perderían. Un ejemplo de esa penosa sumisión de la industria tecnológica frente a la industria de los contenidos lo tenemos en el hecho de que cada Zune vendido dará dinero a Universal.