El nuevo iPhone: el futuro es cerrado
De veras que estaba decidido a no escribir nada sobre el nuevo iPhone, sobre todo por no aburrir con el tema a quien siga varios blogs tecnológicos y medios, en los que la presentación de Jobs está omnipresente. De los detalles técnicos (una explicación extensa en Applesfera), algunos aciertos claros entre los que está la apuesta por el GPS y la localización del usuario como apuesta para construir servicios encima, el siempre localizados del que tanto hemos hablado por aquí.
Pero no es en ese aspecto en el que me quería detener, de hecho si me he animado a hablar del anuncio es porque hecho de menos que se pongan sobre la mesa los puntos oscuros de este dispositivo. Un interfaz genial, un navegador estupendo, todo eso está muy bien... pero el nuevo iPhone es una apuesta decidida por un sistema cerrado, ¿aplicaciones de terceros? Sí, aunque con el control por parte de Apple de qué se puede ejecutar y desde donde se pueden obtener. App Store es algo que nunca aceptaríamos como obligatorio en un ordenador de sobremesa, renunciar a la libertad de qué ejecutar en nuestro equipo y a crear software y distribuirlo como deseemos (y ese matiz el importante, el de la obligatoriedad, en caso de ser una vía más me parecería muy bien).
Se plantea el iPhone como dispositivo protagonista de la eclosión del internet móvil, pero se obvia el comentar que forma parte de una estrategia hacia el modelo "consola de videojuegos", no por sus posibilidades lúdicas sino por lo capado que está. Estamos ante la repitición de la jugada del iPod, en sus comienzos en los que sólo se vendía música DRM (algo superado, pero no gracias a Jobs precisamente), tener el interfaz entre el usuario y la música equivalía ser el único que podía venderle canciones. En este caso, iPhone se formula como puente entre el usuario y la red de comunicaciones y los servicios en forma de aplicación, de nuevo puedes obtener gratis (wi-Fi, aplicaciones que no exigen ningún pago, como los MP3 que funcionan en iPod), pero todo negocio dejará su parte en las arcas de Apple. El nuevo iPhone es para un futuro cerrado, con una gran experiencia para el usuario a cambio de hurtarle varias libertades que hasta ahora se entendían como elementales. Y creo que más tarde o más temprano, muchos de los que ahora entran en éxtasis, acabarán echándolas de menos.