La generación X pasó de los 45 años. La edad en la que empieza a ser difícil distinguir los crepúsculos personales de los generales. También en el análisis de internet y la tecnología.
¿Los de 45? Espera a que, como yo, lleguen a los 70 (en mi caso, algo más de un año), cuando te entra el escepticismo como un a modo de agujero negro en cuyo horizonte de sucesos te ha ido situando la vida. Entonces ves, como tantas otras cosas, que internet no tiene ya nada que ver, ni remotamente, con lo que soñábamos hace treinta años, cuando para todo el mundo éramos unos frikis y unos "chateadores y arriesgadores de nuestro dinero" (el presidente de Telefónica y compañero de pupitre dixit). Pero en vez de amargarte el humor, sonríes sarcástico desde la terraza en la que tomas el sol y un whisky y piensas que estos "chavales" de 45 no entienden nada porque les han hecho luz de gas desde el principio, y que -como decía hace un par de semanas Pérez-Reverte- los de mi quinta, que sí entendemos el por qué y el cómo, ya estamos amortizados. Ante nosotros mismos, incluso.
No creo que sea reaccionario comparar la web de los newsgroups y los blogs con la web de las redes sociales basadas en foto y vídeo y concluir que no se parecen en nada. No se parecen en los objetivos que persiguen, no se parecen en el tono de las comunicaciones que se intercambian y, sobre todo, no se parecen en el tipo de comunidades que congregan.
A mi esto me parecen hechos incontestables.
Más discutible será afirmar que las primeras son (¿eran?) mejores que las segundas. Aunque para mí lo eran. Por el afán democratizador (de la tecnología, del contenido, del debate), por el afán de compartir, por afán de contrastar pareceres, por el afán de mejorarse obligándose uno a pensar y a exponerse voluntariamente el escrutinio de terceros, por el afán de conocer gente potencialmente fuera del alcance de uno. A mí, estos afanes, estos valores, me parecen lo mejor de aquella web, y los echo en falta en la actual.
Y tampoco creo que sea reaccionario afirmarlo, como no es reaccionario afirmar lo mismo de las instituciones democráticas, que discurren en paralelo al devenir de otras ágoras, como las redes sociales.
hay mucho de aquella época como dices que hemos perdido y era valioso. Sumo que en la arquitectura de distribuido a centralizado hemos dejado mucho poder en pocas manos...
lo que intentaría es no obviar mucho de lo bueno del internet actual: la posibilidad de emerger como voz con mucho alcance que ahora tenemos o que voces fuera del conseso moderado del mass media puedan ofrecerse (y son en parte también una cuestión de clase , que tenía mucho más difícil aparecer en las ventanas mediáticas y vivir de ello),
¿Los de 45? Espera a que, como yo, lleguen a los 70 (en mi caso, algo más de un año), cuando te entra el escepticismo como un a modo de agujero negro en cuyo horizonte de sucesos te ha ido situando la vida. Entonces ves, como tantas otras cosas, que internet no tiene ya nada que ver, ni remotamente, con lo que soñábamos hace treinta años, cuando para todo el mundo éramos unos frikis y unos "chateadores y arriesgadores de nuestro dinero" (el presidente de Telefónica y compañero de pupitre dixit). Pero en vez de amargarte el humor, sonríes sarcástico desde la terraza en la que tomas el sol y un whisky y piensas que estos "chavales" de 45 no entienden nada porque les han hecho luz de gas desde el principio, y que -como decía hace un par de semanas Pérez-Reverte- los de mi quinta, que sí entendemos el por qué y el cómo, ya estamos amortizados. Ante nosotros mismos, incluso.
xD touché
Y a los 55 también 🙂
21 años? Era un blog?
¡sí! lo monté en 2003
No creo que sea reaccionario comparar la web de los newsgroups y los blogs con la web de las redes sociales basadas en foto y vídeo y concluir que no se parecen en nada. No se parecen en los objetivos que persiguen, no se parecen en el tono de las comunicaciones que se intercambian y, sobre todo, no se parecen en el tipo de comunidades que congregan.
A mi esto me parecen hechos incontestables.
Más discutible será afirmar que las primeras son (¿eran?) mejores que las segundas. Aunque para mí lo eran. Por el afán democratizador (de la tecnología, del contenido, del debate), por el afán de compartir, por afán de contrastar pareceres, por el afán de mejorarse obligándose uno a pensar y a exponerse voluntariamente el escrutinio de terceros, por el afán de conocer gente potencialmente fuera del alcance de uno. A mí, estos afanes, estos valores, me parecen lo mejor de aquella web, y los echo en falta en la actual.
Y tampoco creo que sea reaccionario afirmarlo, como no es reaccionario afirmar lo mismo de las instituciones democráticas, que discurren en paralelo al devenir de otras ágoras, como las redes sociales.
hay mucho de aquella época como dices que hemos perdido y era valioso. Sumo que en la arquitectura de distribuido a centralizado hemos dejado mucho poder en pocas manos...
lo que intentaría es no obviar mucho de lo bueno del internet actual: la posibilidad de emerger como voz con mucho alcance que ahora tenemos o que voces fuera del conseso moderado del mass media puedan ofrecerse (y son en parte también una cuestión de clase , que tenía mucho más difícil aparecer en las ventanas mediáticas y vivir de ello),
No se parecen, cierto 😃