Nokia 5800, un móvil de gama media
Llevo unos días probando el Nokia 5800, que supone el regreso de Nokia a las interfaces táctiles y su estreno a la hora de llevarlas a S60. Por mucho que, razonablemente, se le vea como una respuesta a iPhone, el 5800 en realidad es un terminal que por prestaciones se queda en la gama media.
El aspecto que más me interesaba probar era conocer hasta que punto Nokia conseguía una buena experiencia de usuario llevando el interfaz táctil a los S60. El resultado es tibio, por un lado todo sigue donde estaba, quienes esperasen una revolución no la van a encontrar, la apuesta de la empresa finlandesa sigue siendo por mantener una continuidad que no obligue a su público masivo a "aprender a utilizar" un sistema diferente. La respuesta de la pantalla es correcta, con una experiencia algo diferente a la de iPhone, que le aventaja bastante con el uso de multitouch.
El 5800 utiliza tecnología háptica, cuando escoges una opción el móvil vibra ligeramente para informarte y resulta rápido aunque no tanto como la del terminal de Apple. En cuanto a la introducción de texto, disponemos de la opción "pantalla móvil normal", que es inusable si no dispones de un puntero (el Nokia sí que los admite con buen resultado, una de las ventajas de su tecnología) y en modo pantalla completa, que ya va algo mejor., aunque sigo encontrando menos productivos estos teclados táctiles respecto a los físicos. Si unimos la pantalla táctil, con un tamaño de la misma menor que el de iPhone y un funcionamiento similar al de los últimos S60 tenemos que que la Nokia 5800 es más un primer paso aceptable pero en ningún caso una evolución importante de la plataforma S60.
Mención aparte es la estrategia de erigirse en el interfaz entre el usuario y la música. Su último movimiento ha sido, con toda la razón, criticado en todos los foros y blogs del género, aumentar el precio en 150 euros respecto a lo prometido, regalando 100 en su tienda de música. Aún con ese precio no sale de la gama media - subvencionado quedaría en bastante menos - pero la estrategia de Nokia para hacer negocio con la música a partir de sus móviles sigue siendo contraproducente: trasladar al precio final los costes de un servicio de forma obligatoria para sus clientes, por mucho que estos en su mayoría no lo quieran.