El negocio de la música digital en España ¿se puede cobrar?
¿Es posible hacer negocio con la música digital en España, cobrando? Luis Alonso-Lasheras me ha pasado un cuestionario que se puede resumir en esa pregunta. No es fácil, de hecho es la que se están haciendo muchos de los emprendedores que quieren montar algo alrededor de la música en la red en estas latitudes ¿se puede competir contra el todo gratis del P2P?
En los últimos tiempos hemos visto aparecer servicios basados en la gratuidad como Rockola y otros como Yes.fm, de pago. El propio Luis trabaja en Pixbox, el servicio de música por suscripción de Telefónica. Mis dos céntimos a este debate son:
Merece la pena explorar el mercado de servicios de valor añadido a la hora de querer cobrar. Yo estoy dispuesto a pagar por la radio personalizada de Last.fm y, otro ejemplo, hay una cultura fuerte de pago en Flickr a pesar de existir clones más baratos. En ambos caso, se paga servicio.
Para pensar en competir con eMule hay que empezar siendo como él en un aspecto: tener un catálogo completo, todas las grandes y las pequeñas discográficas, y ser mejor en la inmediatez de la descarga (eso no es complicado)
El próximo gran valor de la música digital, la ubicuidad: no sólo tenerlo todo, no sólo tenerlo inmeditamente, también tenerlo donde quiera. Hablamos de disponibilidad en el móvil de un catálogo completo, de ofrecer la música allí donde el usuario la demanda. Claro que son muchos los que están pensando en esto (Nokia Music, Microsoft con Zune, Apple con iTunes), pero pocos - las operadoras - quienes tienen la llave. Y en este aspecto conviene no dormirse, las soluciones basadas en sincronización van a permitir acceder a mi catálogo personal desde cualquier punto (véase por ejemplo, Lala).
En mi opinión sí es posible cobrar por la música digital en España a día de hoy, pero se deberían dar esos tres elementos: ubicuidad (tenerlo todo desde donde yo quiera, sobre todo desde el móvil), inmediatez (nada de esperar como en los P2P) y servicios de valor añadido (como los de last.fm). Hasta ahora la mayoría de los proyectos e ideas que circulan prefieren elegir el control (no vayas a compartir lo que compras, absurdo, está todo en los P2P) a la experiencia de usuario. El resultado es que te quieren cobrar por algo que es mejor obtener por otras vías gratuitas (sin DRM, en más calidad, para cualquier dispositivo), y claro, lo que es imposible es que la gente pague por algo que es peor que la alternativa gratis... por lo que al final acaban recurriendo a la criminalización del ciudadano que comparte.
Los comentarios siempre están abiertos, pero en este tema os pediría especialmente vuestra opinión, ¿alguien en la sala pagaría por música digital?