Microsoft y la sanción de la UE
Todavía se recuerda la histórica sanción de la Unión Europea a Microsoft por violar la legislación antimonopolio del continente europeo. Consistía en que tenía que preparar una versión de Windows sin el Windows Media Player (de ahí salió el Windows XP Home Edition N), el pago de una multa de 497 millones de euros y la obligación de ofrecer información que falicitase la interoperabilidad con Windows desde productos de otros fabricantes. Cumplidos todos los plazos, Microsoft por fin ha respondido a la Comisión Europea con su propuesta para cumplir este último punto y lo ha hecho con un planteamiento singular: se ha mostrado de ceder la información necesaria para la interoperabilidad a otras empresas excepto las dedicadas al desarrollo de software libre. La Unión Europea por un lado ha recibido positivamente la propuesta de Microsoft (Navegante), pero el comisario de la competencia, Neelie Kroes, ya ha afirmado que esperan el cumplimiento estricto incluye la posibilidad de interoperar con Windows a los proyectos de software libre (News.com).
Nos encontramos ante un debate interesante. Lo que la UE quiere es que los protocolos de Microsoft invueltos en la sanción que no supongan una innovación sean liberadas bajo una licencia libre. ¿Hasta que punto se puede obligar a una empresa a publicar su tecnología con una licencia de este tipo? De hecho, ¿cómo se las van a apañar para separar lo que es innovación en los productos de Microsoft de lo que no? Supongamos entonces que se da la razón a la empresa de Gates y se niega la información a los proyectos de software libre, ¿no derivaría eso en mantener el abuso de posición dominante de Microsoft que fue lo que llevó a la Unión Europea a sancionarla?. La raíz de todo está en ese empeño en la incompatibilidad, en los protocolos y formatos cerrados y propietarios de Microsoft, que por cierto hasta ahora siempre ha sabido salir bien de este tipo de situaciones.