Microsoft quiere hacer pagar a los spammers
Que el spam ya es un problema de gran magnitud y que en el 2004 va a ser uno de los temas estrellas parece indudable. La consultora Forrester estima que tres de cada cuatro correos es publicidad no deseada. Sobre la solución a esta lacra ha habido varias tendencias: persecución legal de los spammers, software de correo electrónico con filtros antispam como Mozilla, e incluso ha habido quien ha planteado - la propia consultora Forrester - que se cobre por el envío de correos electrónicos un precio en metálico (news.com). El planteamiento que hace ahora Microsoft habla también de que el envío de correo tenga un coste, pero no en un pago mediante dinero directamente. Se trata del Penny black project, que básicamente propone hacer pagar al emisor, si el receptor del correo no lo conoce, en ciclos de CPU y ocupación de la memoria. Dicho de manera más directa, el envío de correos a desconocidos mantendrá ocupado al equipo desde el que lo hagamos de tal manera que a no ser que invirtamos cantidades astronómicas en hardware, la cantidad de correos electrónicos que se puedan enviar al día se verá seriamente limitada.
El tiempo que se baraja desde Microsoft, iría de los 10 a 20 segundos por correo. Durante ese tiempo la máquina del emisor estaría resolviendo computacionalmente un "puzzle critográfico", que una vez resuelto le legitimaría como un emisor aceptable. El problema para implementar este mecanismo estriba de entrada en que deben ser modificados servidores de correo y clientes para leerlos y, por supuesto, la mayoría de este software no es propiedad de Microsoft. La adopción unilateral produciría uno de estos dos efectos: o incompatibilidad al no aceptar correos que no hayan resuleto el "puzzle" o un agravio comparativo no asumible por ninguna compañía (cualquier usuario prefiere un software en el que el envío de correos sea instantáneo).
Habrá que ser cautos a la hora de valorar esta iniciativa. Por un lado no resuelve el problema aunque pueda aliviarlo, por otro - y más conociendo a Microsoft - probablemente se derive de su adopción la incompatibilidad entre software que no sea de Microsoft: si con mi cliente Outlook exijo que el emisor haya pasado el "test del puzzle", no se me podrá enviar correos por nadie que no use software Microsoft que incorpore el mecanismo (y que no estén en mi lista de usuarios conocidos). Para poder asumir esta solución se hace necesario que se parta de estándares abiertos que cualquiera pueda introducir en su software.
En definitiva, una buena idea, a la que recibir con recelo por un lado y sin demasiado optimismo como salvadora del spam por otro.
Más información: Bbc