Marlango se desmarca de la criminalización del P2P
En estos dos últimos días hemos asistido a posicionamientos de distintos músicos respecto al intercambio de ficheros: Robert Smith de The Cure (vía Internautas.org) responde que "todo es culpa de las compañías, que están asociando mucho mal rollo a la música", a Ramoncín cuando este le pregunta "¿Qué sucederá cuando la educación y el respeto por la música desaparezcan totalmente?". Por otro lado Aurora Beltrán de Tahúres Zurdos arremete en unas polémicas declaraciones contra los usuarios que descargan discos a través del P2P y contra quienes vierten esos contenidos, además de una insostenible justificación del canon a los soportes digitales (vía David Bravo). Las declaraciones de la Beltrán y las preguntas de Ramoncín, al que le sale el tiro por la culata por la respuesta de Robert Smith, se enmarcan en una corriente de opinión que refuerza el papel victimista de las discográficas a través de los artistas siguiendo el camino abierto por aquello del "Ahora la ley actúa".
Pero no todos los músicos comparten las posiciones de la Beltrán y de Ramoncín alineadas con las asociaciones de gestión de derechos de propiedad intelectual y las discográficas. En los comentarios del weblog de David también accedemos a esta entrevista a Marlango en la que podemos extraer este fragmento:
(Pregunta)Creo que sois la demostración de lo que en su día dijo Bono (U2), siempre que siga habiendo buena música la piratería no va a quebrar a la industria discográfica. ¿estáis de acuerdo?
(Respuesta)Gracias. Bono es un soñador y nosotros también. Estamos de acuerdo. Bajarte música de Internet es mera información, da más cultura musical. Si realmente te gusta un disco, lo compras porque quieres tenerlo original con su libreto... (Fin respuesta)
Al menos existen voces discrepantes entre los artistas respectos al fenómeno del intercambio de ficheros. Soy de los que entiende posiciones como las de Aurora Beltrán. En parte por hallarse tan anclada en el modelo de discográfica que no da cabida a otras posibilidades y en parte porque también es cierto que es muy probable que ni siquiera hayan llegado a acceder a otras posiciones respecto a lo que está ocurriendo con la industria de la música.
Precisamente por ello son tan valiosas las posturas de Marlango y Robert Smith, que para empezar pueden generar un debate necesario desde dentro de la industria musical en la que parece que las ansias recaudatorias han suplido el mínimo rastro de crítica hacia las discográficas amén de distorsionar el verdadera efecto de las redes de pares. Y es que como bien han señalado desde Marlango, una de las principales características del compartir música por parte de los usuarios es que van a poder acceder a mucho mád contenidos y por tanto podrán elegir con mayor criterio. Esto, además de desenmascarar el sobreprecio que cobran por la distribución de los discos, apunta a una alternativa clara al único papel real que les va a quedar a las discográficas: el de promocionar, el de marketing.