Los problemas de negocios sobre APIs de terceros, el caso Twitter
Twitter es un ejemplo de, entre otras cosas, haber crecido gracias a ser "ubicuo", accesible desde cualquier sistema y dispositivo, con multitud de clientes y servicios de valor añadido. Todo ello a través la disponibilidad de su API, que ahora han decidido limitar a 20.000 peticiones por IP y hora. Esto no va a incidir en los clientes que utilizan los usuarios finales, pero si en los servicios "para todo el mundo" que realizan tareas como búsqueda, archivado, agregación, consultas...
Este movimiento - comentado en Alt1040 entre otros - pone de relieve dos aspectos muy interesantes relacionados con la nueva generación de servicios en la web. Uno son los riesgos de montar un servicio sobre APIs de terceros, algo que venimos comentando desde hace un par de años (Servicios como una plataforma o tu aplicación sobre APIs de terceros) y que este caso de Twitter pone de relieve: voy a montar un negocio utilizando su API ¿tengo un contrato con las condiciones? ¿me aseguran una calidad de servicio? ¿con cuánto tiempo me avisan de cambios en su API que me pueden afectar de forma crítica?
Y el otro aspecto está muy relacionado con el paso de Facebook de cobrar a sus aplicaciones, Twitter mantiene una relación de poder con los servicios satélites tal que, en caso de no conseguir ingresos por otras vías, no hay que descartar que acaben cobrando por ciertos usos de su API. Esto siempre se puede ver de dos formas: a) es lógico que quien te utiliza (y gasta tus recursos, con los problemas de escalado que tienen) para su negocio comparta beneficios; b) cierras la puerta a servicios que enriquecen tu ecosistema y, además, lo haces cuando ya tienes una notoriedad e impulso propios. En definitiva, el terreno de servicios sobre APIs de terceros sigue siendo resbaladizo, mientras no sea dentro de un esquema claro de compromiso supone construir a expensas de lo que otro decida.