Lo inconcebible: que tu médico no use inteligencia artificial o que un humano conduzca un coche
Un dato interesante del robotaxi actual: la gente está pagando extra para que conduzca la máquina en lugar del humano.
Reemplazar a todos los conductores humanos por inteligencia artificial podría salvar unas 34.000 vidas al año solo en Estados Unidos, si se extrapolan los datos actuales de los coches autónomos.
Y si nos fiamos del proveedor de los registros, Waymo. Su reciente estudio, revisado por pares, reveló que sus robotaxis, tras recorrer 56,7 millones de millas, tuvieron un 85% menos de accidentes con lesiones graves en comparación con los conductores humanos. Proyectando a los accidentes mortales en las 3,3 billones de millas que se conducen anualmente en EEUU, nos saldría que en unos años se habrían salvado cientos de miles de vidas sólo allí. Millones en todo el mundo.
Bryan Walsh, en Vox, explica muy bien que la comparación es ventajista: los Waymo están circunscritos a un puñado de localizaciones que además tienen condiciones metereológicas ventajosas. Y, añado, pueden ser necesarias otras salvaguardas como ser números pequeños todavía cuando hablamos de conducción o aspectos técnicos todavía no descubiertos que dificulten su traslación a otras latitudes.
Y aún así cada vez será más evidente que es más seguro que conduzca la máquina que la gran mayoría de seres humanos. Pronostico además que observaremos el patrón de entendimiento típico: la inteligencia artificial conducirá mejor que la media de conductores… ¡pero no mejor que yo!
He recordado un debate que tuvimos en Xataka ¡en 2013!, cuando empezaban los primeros prototipos:
Partamos de la hipótesis de que encontramos un equilibrio razonable y aceptado para la integración del coche conectado en nuestra sociedad. Partamos de que, como prometen las compañías que están avanzando en estas tecnologías, se reduce el número de accidentes y muertes. Una vez que la sociedad tomara conciencia de esto surgiría otro debate inevitable ¿debemos permitir seguir conduciendo a los humanos, que provocan muchas más muertes?
Este tema se engloba dentro de otro mayor y que analizaremos mucho en Xataka, que no es sino la enorme aceleración de la sustitución de humanos por robots en un montón de tareas para las que no se les veía capacitados... hasta hace muy poco. La conducción puede ser una de ellas y aquí entran desde los profesionales hasta todos aquellos a los que apasiona conducir un automóvil.
¿Acabará siendo el mundo del motor un nicho en el que los apasionados que queden sólo puedan disfrutar de su hobby en circuitos, quedando las vías normales sólo para artefactos guiados por ordenadores y sensores?
Oiga doctor ¿lo ha mirado bien, con la inteligencia artificial?
Otro estudio viene a engrosar la larga lista de los que apuntan a que los médicos que reciben supuestos clínicos producen diagnósticos significativamente más precisos cuando cuentan con asistencia de inteligencia artificial (en este caso mediante un GPT personalizado) que cuando no (aquí el grupo de control son médicos que utilizan Google/Pubmed pero no inteligencia artificial).
Como dice Ethan Mollick, un “resultado familiar”: véase Nature.
Sobre este tema me ha interesado el comentario de Aaron Levie, “Los médicos han pasado de una precisión del 75% sin IA a una precisión del 85% cuando utilizan IA para el diagnóstico. En el futuro, será mala praxis que su médico no utilice IA. Este es un beneficio social tan claro que por sí solo debería hacer que todo el mundo estuviera mucho más a favor del progreso de la IA.”
Hay que subrayar también los límites de estos estudios. Tratan con textos diseñados para evaluación, no pacientes reales y sus informes clínicos. De hecho en estos entornos de simulación, la inteligencia artificial por sí sola es tan precisa como los médicos + la IA. Cabe señalar, aunque sea una obviedad, que el trabajo de un médico y su equipo no se circunscribe meramente a diagnosticar a partir de una lista de síntomas.
En el caso del coche autónomo creo que hay valoraciones políticas e ideológicas adicionales. El vehículo privado actual ofrece privacidad y libertad individual de movimientos, pero en el conectado (sobre todo si es como robotaxi) añade una capa de control (la empresa, el estado) y de vigilancia… no sólo respecto a los recorridos sino también respecto a lo que hay en las localizaciones visitadas, que son grabadas en todo momento.
Todos los motivos por los que odiaremos el robotaxi autónomo
El coche autónomo tiene un lugar en mis presentaciones sobre inteligencia artificial.
En el conducir y el asistir a médicos creo que tendremos fenomenales debates, afectados por el momento actual de la opinión pública. Aunque los datos agregados mejoren, resulta mucho más noticioso e impactante un accidente de coche autónomo que 10000 de conducidos por humanos. Aunque el último responsable sea un doctor, habrá errores médicos que atribuiremos a haberse fiado de la inteligencia artificial.
Un aspecto no trivial adicional. Con los robotaxis seguramente pasaremos de los autónomos individuales a que grandes multinacionales acaparen más eslabones de la industria de los viajes privados.
En todo caso, las preferencias reveladas nos pueden estar indicando un giro, a mis ojos, sorprendente: los viajes de Waymo cuestan más que los de Uber o Lyft. Aún así, siguen creciendo a buen ritmo: del millón de viajes pagados a finales de 2023 a los cinco millones a finales de 2024, y camino de superar los 20 millones de viajes autónomos completos a finales de año
Habrá resistencia corporativa, dificultades en la comparación con la convivencia con el modelo actual y el nuevo, errores de implementación y ejecución. Pero a largo plazo los números serán tozudos y nos situarán como ciudadanos y estados en una disyuntiva: con la máquina será más seguro.
Después de leerte me queda claro que tendremos a los súper fans y como dices pagarán ese extra por que sea una IA quien conduzca y por otro lado a los catastrofistas que lo achacarán todo a los algoritmos, y estos no necesariamente tienen que ser neoluditas, sencillamente necesitan atribuirle a algo o a alguien los males del mundo.
Es evidente que el verdadero camino de la IA, los algoritmos y todo lo que llegará pronto estará justo en medio, entre el fanatismo de unos y el catastrofismo de otros. Es decir, considero que esta tecnología, que muchas empresas tratan de meter con calzador en todo tipo de productos y servicios, se irá integrando de forma orgánica en nuestras vidas. De hecho, antes de ChatGPT, ya había mucha IA en nuestro día a día (reconocimiento facial en el iPhone, ejem).
Hace un tiempo recomendé 5 libros para entender la IA (https://www.edgarotero.es/p/mejores-libros-sobre-ia), y uno de ellos es el del profesor Xavier Sala i Martin. Él sostiene que con cada nueva tecnología se polarizan las opiniones, pero que al final todo acaba entre el paraíso y el apocalipsis.