LG Optimus 2x, en ocasiones el hardware todavía importa
Hubo un tiempo, en la era en la que el PC era el rey de la electrónica de consumo, en la que las especificaciones hardware marcaban la diferencia. Benchmarks, comparativas de Megabytes y Megahertzios, atributos puramente racionales que copaban las revistas del sector. Estos tiempos han pasado a la historia, primero porque hemos pasado a una era - la post Pc - en la que los atributos más "emocionales" (diseño, marca, interfaz amigable) se han impuesto y en la que la experiencia de usuario se antepone sobre las cualidades técnicas de una máquina. Son las dos claves del éxito de Apple con iPod, iPhone y con iPad, favorecido por la integración perfecta de sistema operativo y hardware y anteponiendo siempre la usabilidad y el buen funcionamiento sobre el tener una máquina super potente.
Claro que hay un mundo fuera de Apple en el que siguen vigentes algunas "leyes del pasado". Conforme Android va convirtiéndose en el Windows de los smartphones los fabricantes que apuestan por él tienen poco margen para competir entre ellas: o desarrollar experiencias personalizadas sobre la plataforma o pelear con una mejor máquina en características hardware. En esa pelea está el LG Optimus 2X que he estado probando una semana, la de la generación de Androids de primer semestre de 2011 con procesador de doble núcleo. ¿Conclusión? Es la experiencia esperada de un terminal Android y se nota la potencia que hay detrás: todo va mucho más fluido que en cualquier otro teléfono con este sistema que haya probado.
Dos bolas extra: por un lado tenemos que esta generación de teléfonos que graba vídeo en alta definición va camino definitivamente de cargarse a las videocámaras más sencillas (como ya hicieron con el reproductor MP3 y van camino de hacer con las cámaras de fotos compactas); por el otro, LG parece salir de su letargo como fabricante de teléfonos y se pone las pilas después de haber quedado a leguas de Samsung.