La tienda de aplicaciones dentro de Mac OS X
Lo más interesante de la presentación ayer de Apple fue - en mi opinión - el anuncio de una tienda de aplicaciones dentro de Mac OS X. La ejecución será similar a la que ya ofrecen para iPhone y iPad: punto de descarga y pago por aplicaciones, compartiendo ingresos (70/30) con los desarrolladores, filtrando qué distribuyen y avisando de las actualizaciones. En Genbeta detallan el funcionamiento y las novedades de Mac OS X 10.7 Lion, nueva versión de sus sistema operativo en el que vendrá de serie, aunque la tienda de aplicaciones empezará a funcionar antes de su llegada a través de iTunes.
El camino del repositorio en Linux a la tienda de aplicaciones
El proceso de llegada de una tienda de aplicaciones integrada en el sistema operativo comienza con el uso de repositorios en Linux, de los que toma sus mejores características: una fuente de confianza para la descarga de software, que se encarga de revisar su correcto funcionamiento y de mantenerlo actualizado. Sobre ese concepto, Apple construyó la App Store para iPhone, que luego trasladaría a iPad. Aquí añadieron un matiz nada trivial, la tienda de aplicaciones no es facultativa sino el único punto en el que los desarrolladores pueden ofrecer software para la plataforma y el único punto por el que los usuarios lo pueden obtener. Esto desembocaría en que iPad suposiese la irrupción del modelo de las consolas de videojuegos en la informática personal.
¿Sucede lo mismo con la integración en Mac OS X? En la presentación Jobs aseguró que no, que los usuarios podrán seguir descargando software desde otras fuentes y que no habrá mecanismos para impedírselo. Quien se compre un Mac seguirá administrando su ordenador y no delegando dicha administración en Apple (sobre esto hablamos en "iPad y el mito del ordenador personal sin administrador").
La tienda de Apple, los desarrolladores y los usuarios
¿Abrazarán los desarrolladores esta nueva tienda de aplicaciones? ¿Venderán al mismo precio aquí que en el canal directo? Tiendo a pensar que muchos estarán encantados con la idea y que se subirán al carro de inmediato. No en vano, el concepto de tienda de aplicaciones integrada en el dispositivo tiene un aspecto tremendamente positivo para los desarrolladores: mejorar la experiencia de comprar software, que resulta fortalecida frente al "busco, descargo, compruebo que todo está bien, instalo". A eso sumar que resuelve el medio de pago y que suma la imagen de marca y seguridad que transmite la App Store a tu producto. La mordida del 30% puede estar muy bien justificada por todo ello.
En cuanto a su éxito entre los usuarios, mi impresión es que dependerá mucho de la censura que ejerza Apple. Si no permiten software como clientes P2P, al final tendrán pocas posibilidad de que se utilice sólo su tienda, pero apostaría a que para la mayoría del software habitual (navegador, multimedia, ofimática) la comodidad del canal compensará a los usuarios y tendremos bastante aceptación a poco que los desarrolladores lo utilicen.
¿Y Microsoft y el resto de la industria?
¿Cuánto habría ganado Microsoft si por cada compra de software para Windows se hubiese llevado una comisión? Quizás no nos habríamos hecho ninguno de nosotros esta pregunta, pero seguro que Steve Ballmer sí. De hecho, tienda de aplicaciones es muy buena noticia para Microsoft , que ve allanado el camino para crear la suya. No tienen más que ampliar el modelo de "Windows Update" a software de terceros y enarbolar el ejemplo de Apple para indicar que su tienda no constituiría un abuso de posición dominante. De hecho ya hay plataformas que sobre Windows y Mac operan así, por ejemplo Steam para videojuegos.
Otros afectados a priori serían las webs tipo Uptodown y Softonic, que ven su modelo peligrar a medio plazo. Perderán valor, pero un factor a considerar es que las App Store que hemos vista ahora son buenas para la descarga y gestión de aplicaciones pero no para el descubrimiento de aplicaciones, que sigue sucediendo fuera de ellas.
Hacia un futuro en el que dejaremos de ser administradores de nuestras máquinas
Y aquí está el otro lado de este anuncio. ¿Vamos hacia un futuro en el que los ordenadores personales abrazan el modelo de las consolas, en el que dejaremos de ser administradores con poder para decidir qué se ejecuta en ellos? A corto y medio plazo resulta impensable, ni los más fieles usuarios de Mac aceptarían algo así a día de hoy, la plataforma quedaría en una fenomenal desventaja competitiva. Pero juguemos con la hipótesis en que dentro de unos años la tienda de aplicaciones ha constituido un éxito rotundo, que el 95% de los usuarios ya la tienen como el modo de compra de software y que las empresas desarrolladoras la apoyan con fervor. La tentación estará ahí, control de lo que se puede ejecutar, puerta cerrada al software crackeado, una imagen de más seguridad y más incentivos para que se desarrolle para la plataforma... amén de ingresos por cada venta de software sobre ella.
Pero eso no deja de ser especular con el futuro. La tienda de aplicaciones integrada en el sistema es una buena idea tal como la plantean a día hoy, como lo es la de repositorios en Linux. De hecho, desde el punto de vista del equilibrio entre seguridad y servicio y la libertad del usuario, es impecable: quien quiera delegar en Apple la administración de su máquina, puede hacer, quien prefiera tener el control, también.