La irremediable intrascendencia de la portada en la era digital
A todos aquellos que habéis pasados horas y horas en las librerías revisando portadas, oliendo libros, pasando sus páginas para ver como estaban maquetados y a todos aquellos que trabajan para producir esos efectos recomiendo leer "Hack the cover", cuya tesis principal es que, en la era digital, la portada ha muerto. Tanto por como funcionan los lectores (en la mayoría sólo ves la portada la primera vez, luego siempre vuelves a la última página leída) como por como quedan reducidas a un tamaño minúsculo en el software de navegación entre obras o en el escaparate de una librería online. No muertas, claro, pero sí perdiendo las portadas el protagonismo de presentar y representar una obra.
El artículo se sumerge en el reto técnico que supone diseñar portadas para libros electrónicos, pero a mi me ha gustado por su capacidad para poner sobre la mesa uno de los aspectos que más he echado de menos en mi paso a la lectura con libro electrónico. Asociar una portada a una obra, dejar que me convenciera a la hora de la compra, que me sirviese para evocarla al echar un vistazo a la librería, que me ayudase a afianzar el recuerdo del título.
Supongo que con el libro electrónico se crearan otros fetiches y otras nostalgias, que tal vez esas mini portadas que sólo vemos una vez podrán tener más protagonismo en futuros diseños de interacción de los dispositivos o tal vez habrá que conformarse con que para la nueva generación de lectores la portada del libro pasará a ser un elemento intrascendente. Como curiosidad, cada vez que últimamente añado una portada a un reseña para la biblioteca de Error 500, es la primera vez que me detengo realmente a verla.