La inteligencia artificial ya está cambiando nuestra experiencia de internet
Con la IA en marcha creemos menos en lo que vemos en internet, lo imitamos mejor y esperamos a inteligencia artificiales parecen más humanas que nosotros
En mi caso sucedió con el vídeo en el que aparecía el Dalai Lama pidiendo a un niño que le chupara la lengua. A Matías le pasó con la foto que reunía en un selfie a Kun Agüero, Xi Jinping y David Cameron. Es el momento, “no me lo puedo creer, esto seguro que lo han hecho con inteligencia artificial”
No son casos aislados. De hecho, como contaba hace poco Marina León en un reportaje de El Periódico, hay individuos como la creadora / tiktoker Nicole Hermeteor que conviven en el día con tener que explicar y justificar que “es una persona real”. La activista de la alopecia femenina en redes recibe comentarios que dudan de su “autenticidad” bastante a menudo.
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En esta pieza de The Verge, Adi Robertson explica que “A muchos autores les preocupaba competir con obras escritas con interligencia artificial. Ahora les preocupa que se les acuse de usarla en sus creaciones”. En los entornos del fanfic los cruces de acusaciones reflejan el reverso de lo que sucedió al fanzine Clarkesworld Magazine.
Más sobre esto en “Qué sucederá cuando la mayoría de las "personas" con las que interactúas (en Internet) sean "falsas", sean IAs”
Por otro lado, cuando apareció en vídeo de “Harry Potter by Balenciaga” proclamé a quien me quiso escuchar que con la inteligencia artificial se venía la edad de oro de los memes. El caso es que también llegaba otro fenómeno, en cuestión de un día o dos aparecieron miles de replicas y variaciones:
Sucedió algo similar con la “foto del Papa”. Tras la “viralización” llegó un aluvión de variaciones de imágenes generadas con Midjourney (su subredit era un buen reflejo) que colocaban al sumo pontífice con vestimentas y gestos similares.
Esta tendencia mimética se antoja un tanto contraproducente. Aunque sabemos que es muy difícil conectar y crear un meme de alcance global, por lo que suele ser más rentable explotarlo mucho que intentar crear uno nuevo, parece altamente improbable que puedas replicar un éxito con justo otro meme similar al que ha eclosionado.
El caso es que la replica de memes no por la vía de compartir sino por la de volver a crear con una pequeña variación de forma rápida y masiva se va a acelerar con la inteligencia artificial. En parte es la lógica de la cultura meme (escaso respeto a la obra y al autor, compartir para cosechar a su vez alcance y engagement) pero también apuntaría a que aplica a cualquier obra que irrumpa y tenga éxito. Sea un texto, un vídeo o una animación.
Para los interesados, Kris Kashtanova comparte el prompt con el que se generó la imagen del Papa y Rebecca Jennings en Vox cómo usar la generación de imágenes de Midjourney, la de voces con ElevenLabs y el mover los labios con D-ID para hacer un vídeo a lo “Harry Potter by Balenciaga”.
La inteligencia artificial ya está cambiando nuestra experiencia de internet. La pregunta es hasta donde puede llegar esto. Como hemos comentado en alguna ocasión, el fenómeno apunta a buena noticia para los que ya tienen marca, son conocidos y tienen credibilidad. Así es como presumiblemente otorgaremos veracidad a algo que veamos online: en función de quien lo ha publicado. Para quien quiera emerger el espacio se reduce: por credibilidad y por aumento de la oferta de creaciones con las que competir por atención y creación de esa fama.
De cara a futuro anotaría este estudio de investigadores de Stanford y Google como uno de los más importantes en los últimos meses en inteligencia artificial. En un juego, una especie de “Los Sims” simplificado, colocaron a 25 “agentes generativos” basados en ChatGPT. Del estudio destaco “Los agentes generativos se levantan, preparan el desayuno y se dirigen al trabajo; los artistas pintan, los autores escriben; se forman opiniones, se fijan en los demás e inician conversaciones; recuerdan y reflexionan sobre los días pasados mientras planifican el día siguiente...”
En el experimento “Los usuarios humanos pueden entrar en el mundo como un agente existente o nuevo, y tanto los usuarios como los agentes pueden influir en el estado de los objetos mediante acciones. Los usuarios humanos también pueden interactuar con agentes de IA mediante conversaciones o emitiendo directivas como una especie de voz interior”
Hay un aspecto que destaca Ars Technica, “Como parte de su investigación, el grupo contrató a evaluadores humanos para que vieran las repeticiones de la simulación y evaluaran hasta qué punto los agentes de IA producían comportamientos creíbles en función de su entorno y sus experiencias. Los investigadores también pidieron a los humanos que interpretaran las respuestas del agente a las preguntas de la entrevista con la voz del agente cuya repetición veían. Curiosamente, descubrieron que "la arquitectura generativa completa del agente" producía resultados más creíbles que los humanos que interpretaban los papeles”
Esa percepción de “más humanos que los humanos” vaticina que seremos capaces de inundar las experiencias actuales de internet con IAs indetectables como tales. Pero no asegura que lo vayamos a aceptar. Es el síndrome de muchos creadores de webs queriendo generar textos con ChatGPT y la ausencia absoluta de demanda de gente que quiera leer páginas creadas con textos creados con las IAs.
Si bien en videojuegos es probable que queramos NPCs (personajes no jugadores) más sofisticados, en lo social en internet rechacemos leer, charlar o ver vídeos que no tengan a un humano detrás. Sobre todo si nuestra intención es influir o epatar. Más interesante me parece la posible deriva ideológica, en sociedades en las que llevamos años con planteamientos de éticas “posthumanas” (el ser humano ya no es el absoluto, animales y los ecosistemas pueden ser considerados igual o más valiosos) es posible que las posiciones a priori de los que somos del siglo XX choquen con una visión más flexible de las generaciones más jóvenes. Es de lo más interesante que va a pasar - o no - los próximos años.
Todo esto comentado en el episodio correspondiente de monos estocásticos, directo al minuto exacto aquí: