Si la inteligencia artificial va a intermediar entre nosotros y el mundo digital primero debe mejorar mucho. Segundo, tiene que liberarnos la atención de la pantalla poco a poco
¿Usar cacharros con interfaz pasiva que se integran con el móvil para así usar menos el móvil no es una victoria pírrica? Al final el precio de no tener el móvil en la mano es tenerlo en la lente delante de los ojos, aún más tiempo mirando el móvil; en términos efectivos, aún más tiempo usándolo. Me parece que la evolución de siempre hacia más tiempo online con más inmersión no da sino su paso lógico con este tipo de nuevas interfaces. Creo que, sin darnos cuenta, adoptar esos dispositivos para usar menos el móvil podría muy pronto conseguirnos justo lo contrario.
Creo que el problema al que se está enfrentando ahora mismo la IA no difiere mucho de todos los avances tecnológicos de los últimos 25 años (e incluso más). Por un lado está el avance tecnológico en sí, y por otro muy distinto las necesidades (reales o creadas) de los usuarios. La clave es encontrar ese momento en el que la tecnología es lo suficientemente madura y que, además, encaje con ese necesidad de la sociedad para fomentar su uso (no tiene por qué ser universal, pero sí significante).
Un ejemplo relativamente reciente es el de la mensajería instantánea. Desde la popularización de Internet y, más tarde, del smartphone, la mensajería no siempre ha estado en alza. Tuvo un pico relevante a mediado de la década de los 2000 (con MSN Messenger), pero luego tuvo una leve caída. Todo apuntaba que en el momento que los móviles tuvieran acceso a Internet en tarifa plana la mensajería se dispararía, pero tuvo un retraso de 3 / 4 años. Antes de Whatsapp, hubo muchos otros sistemas de mensajería que cumplían básicamente los mismos objetivos, pero simplemente llegaron pronto (ni existía la necesidad social, ni la tecnología estaba generalizada). Al final llegó el momento de la mensajería instantánea en el móvil... y ahora parece que no podemos vivir sin ella.
Mi sensación es que las distinta soluciones que se sustentan en parte en la IA llegarán y se quedarán entre nosotros, pero será algo mucho más orgánico y, seguramente, no como nos habían prometido.
La Inteligencia Artificial está transformando nuestras vidas en lugar de que nosotros las transformemos para aprovechar la IA. Las RRSS trajeron consigo la monetización de nuestra atención y la recopilación de datos demográficos para ser analizada y empaquetada. Hoy estamos entrenando gratuitamente a los LLM con nuestra interacción, pero qué obtenemos a cambio? Los humanos necesitamos entrenarnos también para interactuar con la IA. Más allá de la capacitación técnica, la cuál no será necesaria porque los proveedores de servicios de IA harán los sistemas cada vez más fáciles de usar, para que sigamos alimentando sus LLM; es necesario un enfoque en desarrollar el Pensamiento Crítico y las habilidades creativas para que podamos sacar un verdadero provecho ellas, al potenciar nuestras tareas.
Si esperamos que el desarrollo de los productos de IA guíen nuestra interacción con ella, nuevamente nuestra data será comoditazada sin nada a cambio y nuestra capacidad de crear a partir del razonamiento será reducida a la información con la cual ha sido entrenada la IA y con los sesgos de sus cuidadores.
Basado en esto, la inteligencia artificial, en lugar de ser un “intermediario” entre nosotros y la realidad, deberá ser una herramienta más que una muleta.
¿Usar cacharros con interfaz pasiva que se integran con el móvil para así usar menos el móvil no es una victoria pírrica? Al final el precio de no tener el móvil en la mano es tenerlo en la lente delante de los ojos, aún más tiempo mirando el móvil; en términos efectivos, aún más tiempo usándolo. Me parece que la evolución de siempre hacia más tiempo online con más inmersión no da sino su paso lógico con este tipo de nuevas interfaces. Creo que, sin darnos cuenta, adoptar esos dispositivos para usar menos el móvil podría muy pronto conseguirnos justo lo contrario.
pues... puede ser (aunque las gafas estas de momento ni realidad aumentada ni nada de proyección para nosotros)
Creo que el problema al que se está enfrentando ahora mismo la IA no difiere mucho de todos los avances tecnológicos de los últimos 25 años (e incluso más). Por un lado está el avance tecnológico en sí, y por otro muy distinto las necesidades (reales o creadas) de los usuarios. La clave es encontrar ese momento en el que la tecnología es lo suficientemente madura y que, además, encaje con ese necesidad de la sociedad para fomentar su uso (no tiene por qué ser universal, pero sí significante).
Un ejemplo relativamente reciente es el de la mensajería instantánea. Desde la popularización de Internet y, más tarde, del smartphone, la mensajería no siempre ha estado en alza. Tuvo un pico relevante a mediado de la década de los 2000 (con MSN Messenger), pero luego tuvo una leve caída. Todo apuntaba que en el momento que los móviles tuvieran acceso a Internet en tarifa plana la mensajería se dispararía, pero tuvo un retraso de 3 / 4 años. Antes de Whatsapp, hubo muchos otros sistemas de mensajería que cumplían básicamente los mismos objetivos, pero simplemente llegaron pronto (ni existía la necesidad social, ni la tecnología estaba generalizada). Al final llegó el momento de la mensajería instantánea en el móvil... y ahora parece que no podemos vivir sin ella.
Mi sensación es que las distinta soluciones que se sustentan en parte en la IA llegarán y se quedarán entre nosotros, pero será algo mucho más orgánico y, seguramente, no como nos habían prometido.
La Inteligencia Artificial está transformando nuestras vidas en lugar de que nosotros las transformemos para aprovechar la IA. Las RRSS trajeron consigo la monetización de nuestra atención y la recopilación de datos demográficos para ser analizada y empaquetada. Hoy estamos entrenando gratuitamente a los LLM con nuestra interacción, pero qué obtenemos a cambio? Los humanos necesitamos entrenarnos también para interactuar con la IA. Más allá de la capacitación técnica, la cuál no será necesaria porque los proveedores de servicios de IA harán los sistemas cada vez más fáciles de usar, para que sigamos alimentando sus LLM; es necesario un enfoque en desarrollar el Pensamiento Crítico y las habilidades creativas para que podamos sacar un verdadero provecho ellas, al potenciar nuestras tareas.
Si esperamos que el desarrollo de los productos de IA guíen nuestra interacción con ella, nuevamente nuestra data será comoditazada sin nada a cambio y nuestra capacidad de crear a partir del razonamiento será reducida a la información con la cual ha sido entrenada la IA y con los sesgos de sus cuidadores.
Basado en esto, la inteligencia artificial, en lugar de ser un “intermediario” entre nosotros y la realidad, deberá ser una herramienta más que una muleta.