Invalidada la patente de Eolas en los navegadores
Eolas es una empresa nacida del seno de la Universidad de California que patentó una tecnología que permite a los usuarios acceder a programas interactivos incluidos en páginas web, a través de plug-ins o applets ejecutados desde su navegador. Microsoft fue condenada a pagar 521 millones de dólares al resolverse que violaba la patente con su Explorer. Dicha patente fue protestada por la propia W3C y el impacto que tendría en la Internet (todos los navegadores se la saltan) es incalculable. Por eso el anuncio de Reuters, según el cual la oficina de patentes de Estados Unidos la ha revocado, hará respirar a muchos.
El caso se presenta paradigmático sobre la polémica de las patentes y la innovación en el software. Un gigante como Microsoft, famoso por reclamar patentes más que discutibles (I, II), se encuentra contra las cuerdas, no sólo por la cuantía de la multa sino por la obligación de modificar Explorer o pagar royalties a Eolas. Los navegadores open-source tipo Mozilla o de empresas medianas tipo Opera, tendrían los días contados si Eolas quisiera ejercer su patente contra ellos. Un aliciente más de incertidumbre para desacentivar su uso.
El uso de plug-ins en el navegador es un ejemplo de patente que nunca debió ser aprobada. Se trata tan solo de extrapolar un mecanismo que ya existía. Exactamente se patentan los mecanismos para gestionar objetos embebidos en documentos web y tratarlos con el plug-in adecuado en función del tipo de objeto. Se trata de una sofisticación, concretada eso sí en el marco de la navegación web, del concepto de librería o software modular, en el que una aplicación, en este caso el navegador, utiliza código externo según distintas circunstancias.
Una buena noticia - aunque haya quien nunca se alegre de las victorias de Microsoft - y una razón más para reabrir el debate de las patentes en el software.