Inbox, Gmail, Outlook: la tentación de mejorar el correo

Llevo unos días con Inbox, el nuevo servicio de correo de Google para gestionar las cuentas de Gmail "trabajando para ti". Esta intermediación en la que se oculta, prioriza y autogestiona parte del mail tiene esa doble lectura que hace Versvs: por un lado la lectura de que el correo es a día de hoy el mayor problema de productividad para gran parte de los profesionales, por otro que el "algoritmizarlo" por parte de Google es una postura interesada para, en última instancia, alinearlo más con su modelo de negocio.
Creo que ambas son ciertas, con el correo tenemos un problema de productividad que debería mejorarse con tecnología y a Google esto le viene bien para, a la larga, integrar más la oferta publicitaria dentro de él (un paso que ya había empezado a dar con las pestañas "Social, promociones..."). Lo que he visto de Inbox estos días me ha gustado, sobre todo porque integra muy bien el caso de uso "dejar para más tarde, recuérdame este correo más adelante", pero aporta poco valor para quienes nos hemos configurado Gmail a nuestra medida: automatizaciones, reglas, respuestas directas, colores, símbolos y estancos para separar prioridades. Nos obliga a sacrificar demasiado lo que hemos construido para ser más productivo por mucho que nos de otras ventajas a cambio.
Dónde sí creo Inbox que aporta mucho valor es en móvil, en el que uno tiende a mirar el correo para gestionar lo importante y urgente y cierta asistencia en detectar qué correos son los prioritarios ayuda y mucho. Con esto mi configuración de uso del correo ha quedado en que utilizo el cliente web de GMail en el ordenador, Inbox en móvil y, por último, cliente Outlook o Thunderbird (depende del equipo que lleve) en viajes en los que la conexión no es constante.