La guerra del firmware del iPhone
Apple comienza con los usuarios de iPhone la batalla de los firmwares que ya hemos visto en dispositivos como la PSP. Consiste en que diversos hackers consiguen sobrepasar las limitaciones establecidas por el fabricante (en este caso, los tonos deben ser de iTunes, la operadora AT&T, sin aplicaciones de terceros) y éste, para contrarrestarlo, saca una nueva versión del firmware, el software que gobierna el teléfono.
Y, como no podía ser de otra forma, Apple con la versión 1.1 del firmware de iPhone ha puesto las cosas en su sitio (Ars Technica). Los que consiguieron colar un tono gratuito (como hace la gente con los teléfonos normales), se quedan sin él y los que lo liberaron de la operadora, tienen un ladrillo. Tampoco hay que olvidar que liberar el iPhone hace que el usuario pierda la garantía. La solución para los que hayan decidido liberar es no actualizar y esperar a que haya quien encuentre un mecanismo que les permita hacerlo sin problemas. Quedarse en la versión anterior tiene un precio, mantienes los errores y vulnerabilidades que corrige la nueva y las aplicaciones que Apple permita en el futuro en el teléfono no funcionarán.
Hay quien ha querido ver en Apple movimientos del tipo "han firmado con AT&T lo de las aplicaciones y la permanencia, pero luego han dejado la puerta de atrás abierta para los usuarios, lo mismo que con los tonos para el móvil", una especie de Robin Hood de los teléfonos móviles. Esto, además de ser bastante ingenuo como demuestra esta actualización del firmware, convertiría a Apple en el peor socio que otra compañía podría tener (pacta contigo unas condiciones y luego te deja vendido).
Para aquellos que han apostado por el iPhone y por liberarlo comienza una larga guerra del firmware, algo a los que los usuarios de productos de la marca de la manzana no están acostumbrados: una experiencia negativa (no tener la última versión, estar sin garantías, problemas al actualizar), tener que usar trucos y probar software sin garantías y, finalmente, a Apple en el otro lado de la batalla.