No Exit: la vida emprendedora se vive peor. Biblioteca Error 500
Por fin pude terminar No Exit el ¿libro, reportaje largo? de Gideon Lewis-Kraus que mencioné en "Contra la visión mítica del “ingeniero emprendedor en Sillicon Valley”".
Me ha resultado un bálsamo en medio de la narrativa dominante de la era dorada del emprendedor. A pesar de que su enfoque - o precisamente gracias a ello - se centra en la historia de un par de jóvenes que han llegado a San Francisco a "cumplir su sueño y a cambiar el mundo" y que carece de una visión más general con las cifras del fenómeno, Lewis-Kraus consigue darle la vuelta a la historia prototipo que se suele contar: los chicos en el garaje, la rebeldía contra lo establecido, los inversores que confían en su visión y el éxito en forma de producto masivo que acaba haciéndolos millonarios.
Los emprendedores que retrata No Exit no forman parte de ese 0.1% de grandes exitosos, son de esa mayoría que empieza un proyecto y consigue inversión para empezar a comerse el mundo desde Sillicon Valley... pero pronto descubren que el sistema no está diseñado para darles tiempo, ser independientes y controlar lo que quieren hacer y lo que no (lo que se suele asociar a "emprender tu propio proyecto") sino para ofrecer retornos a los inversores con unos múltiplos de valoración y plazos de tiempo determinados y para ser una suerte de I+D externalizada de los grandes gigantes que acaban devorando pequeñas compañías (y que parece que pagan mucho por ellas cuando realmente lo que tienen es un sistema que hace que haya miles de intentos de crear productos y servicios, algo que les costaría a ellos muchísimo más).
De hecho "No Exit" tiene más virtudes, como es la de mostrar que la vida en esta fase del emprendimiento es bastante miserable: absorbida por un proyecto que se piensa propio, controlada en plazos y metas por agentes exógenos, desvirtuada "pivoteo a pivoteo" del espíritu original que impulsó a sus creadores. Es más, es capaz de subrayar la obviedad que se escapa a muchos evangelistas del emprendimiento: un ingeniero suele sentirse mucho mejor en entornos controlados, con problemas bien definidos y estabilidad que "siendo disruptor" desde la incertidumbre.
En paralelo a esa historial Lewis-Kraus relata su experiencia en una casa compartida con "techies" venidos de todo el mundo a esa nueva meca de la tecnología y el emprendimiento que es San Francisco. Los retratos que hace de ellos y sus dicsursos son un buen termómetro de la narrativa creada en Sillicon Valley y esa suerte de "anarco capitalismo" que exuda: desconfianza total hacia el estado, tecnoutopismo a raudales (la tecnología es la gran solución para todos los problemas del mundo), asunción de que están haciendo lo más heroico que se puede hacer en estos tiempos y una gran pobreza intelectual más allá de la pantalla del iPhone.
Un libro recomendable para leer antes de emprender, pero sobre todo, para antes de animar a emprender a otros. También lo ha reseñado Pau Llop