El cierre de los cines Astoria y Victoria
Probablemente muchos de ustedes no lo sepan, pero en Málaga (España) han cerrado dos de sus cines emblemáticos: el Victoria y el Astoria. Este cierre va a tener un efecto demoledor ya que en los últimos años el Victoria y el Astoria habían apostado por una programación alternativa al cine más comercial. Así podíamos disfrutar en ellos de películas independientes, españolas, cine europeo, asiático e iberoamericano. Todos los amantes de este tipo de cine en Málaga quedamos a expensas del cine Albeniz y del Alameda, que de seguir la tendencia en la ciudad, es posible que no duren muchos años. ¿Qué nos queda a los cinéfilos de gustos minoritarios? Nos pese lo que nos pese, parece que el futuro para poder disfrutar de este tipo de cine es el alquiler de DVD por Internet, quizás al estilo Tivo y Netflix.
¿Por qué digo esto? Pues entiendo que lo que está sucediendo está emparentado con el fenómeno de "la larga cola" de la que hablaba Chris Anderson en Wired y que han comentado entre otros JJ y Julio. Desde un punto de vista únicamente económico, a los nuevos cines les interesa proyectar películas con mayor tirón comercial que llene las salas. Filmes como "Whiskey" o "Contra la pared" no se estenan en Málaga porque llenan menos una sala que "Alien Vs Pedrator" o "Pocholo y Borjamari". En los videoclubs sucede algo parecido, llegando apenas una copia de los títulos más independientes, eso si hay suerte. Tanto en las salas como en los videoclubs los recursos son limitados y hay que elegir entre unas películas y otras, optando el empresariado por las que les produce mayor productividad. Dejando de lado que en muchas ocasiones es el marketing quien influye más decisivamente en las taquillas, sí que existe un amplio público para otras propuestas cinematográficas. Un servicio de venta o alquiler-descarga por Internet no está ligado a una zona geográfica como sí lo está un cine y por tanto no precisa que los espectadores de una determinada película tengan que estar localizados en una ciudad para hacer rentable su explotación comercial. Dicho en otras palabras, Internet rompe la barrera física que hace necesario que el público esté concentrado y además sirve como medio de difusión mucho más efectivo. Volviendo a Nerflix, han articulado una red social, con lo que el marketing de cada film lo hacen sus espectadores, prestando un altavoz al tradicional boca a boca.
Una lástima el cierre de los cines Astoria y Victoria. Queda un regusto a ciudad de la especulación y no a ciudad "cultural" como propugnan los políticos en el poder. En el debate de la excepción cultural, quedo definitivamente a favor de ella: a partir de ahora ya no puedo elegir las películas que quiero, tengo que esperar a que lleguen al alquiler por Internet.