El API de Google Translate pasa a ser de pago
Hace unos cuatro años hablábamos de los problemas y precauciones a tomar a la hora de montar un negocio sobre el API o plataforma de un tercero y mucho de lo comentado allí sigue siendo aplicable. El caso del API de Google Translate ejemplifica las debilidades del modelo de API gratuita y abierta al uso de cualquiera: tras años de puesta a disposición de cualquiera, en Google se cansan de pagar los recursos que el uso masivo de la misma requería y deciden dejar de ofrecerla. Las quejas y demandas parecen hacer recapacitar a Google y ahora afirma que ofrecerá una versión de pago para la API.
La historia tiene moralejas para las dos parte de la historia. En la del cliente, más vale API de pago con modelo sostenible que servicio gratis para todos pero sin futuro. Hasta que no sepas cuál es el negocio sobre el que estás construyendo tu servicio, no puedes estar seguro de que vaya a continuar (o de que incluso ese negocio acabe siendo lo que tú has desarrollado). En el lado de Google, el "todo gratis" para obtener un beneficio indirecto en forma de mayor apego de un tercero con su ecosistema no tiene sentido con las APIs y más de esta forma abierta en la que un montón de granjas de contenido spam utilizan la de Google Translate para generar páginas. Después de todo, puede que hayan acabado encontrando un negocio interesante para su área de servicios a empresas: APIs de pago sobre su excelente infraestructura y oferta de servicios