Diez puntos para intentar entender "Democracia Real Ya", el #15m y #spanishrevolution
Estos días apenas tengo conversaciones en las que no aparezcan los temas de la "#15mani", la "spanishrevolution" y el movimiento Democracia Real YA, con un patrón constante: la ilusión de la gente que está "muy del online" y el escepticismo y desconfianza de los "más offline". Servidor, que trabaja y vive en internet, tampoco las tiene todas consigo para intentar explicarse a si mismo el fenómeno, cuanto más a otros, pero sí creo que toca hacer una primera aproximación sobre algunos elementos tremendamente interesantes del mismo. Ahí van diez puntos que creo clave para intentar entender lo que está pasando:
El éxito del poder de las redes: Tras muchos intentos de movilizar a la gente desde el online hacia la calle con resultados muy pobres, el caso de la "#15mani" ha conseguido replicar y amplificar lo que supuso el movimiento en las elecciones de 2004. Como escribió Delia, el resultado ha sorprendido a hasta los propios implicados en la organización de las manifestaciones, cuanto más a sectores para los que internet sigue siendo alejado, extraño y accesorio.
Pero esto ¿quién lo organiza, quién está detrás y cuáles son sus intereses? Es la pregunta habitual entre la gente más "offline", que no pueden creer que decenas de miles de personas salga a la calle sin que un grupo determinado de poder lo haya impulsado (y aquí piensan en un partido + un grupo de medios afín empujando). Obviamente hay gente detrás de esto y con un interés concreto en hacer ruido y cambiar cosas, el error es seguir pensando en que hay un nodo central director de toda la acción en lugar de una tipología de red de miles de nodos pequeños distribuyendo la información y convocando.
¿Es esto la izquierda anticapitalista, son los geeks de internet, son antisistema? Son todos y son ninguno. De hecho creo que según está evolucionando el movimiento que se ha puesto en marcha tiene posibilidades de acabar siendo un frente de izquierdas que recela de las instituciones clásicas (partidos como PSOE o IU, también de los sindicatos) o un movimiento más plural, que es lo que se vio en las manifestaciones de Madrid y otras ciudades. Aquí han confluido desde Jóvenes sin futuro a los de "#nolesvotes" pasando por los que se posicionan en línea de obras como "Indignaos".
Medios y partidos deben empezar a contrastar que las mentiras tienen ahora las patas más cortas y que lanzar algunos mensajes del tipo "esto es pidiendo la abstención y saboteando las elecciones" o "esto es una estrategia del partido contrario" no hacen sino volverse en su contra. La pluralidad de fuentes y la capacidad de viralizar los mensajes para la población conectada supera para cierto segmento de la población con creces la capacidad de llegada de políticos y los medios que hacen periodismo de declaraciones o seguidismo de los mensajes de su partido de cabecera.
Hay dos noticias malas para los medios tradicionales. La primera es que no son necesarios para la movilización, que una ciudadanía con una organización muy débil es capaz de llevar a alrededor de 100.000 personas a la calle con una cobertura mediática paupérrima. La otra mala noticia es la absoluta desconfianza en los mismos de los simpatizantes de las protestas: revisión al milímetro de lo publicado, fiscalización del tiempo dedicado a informar, incredulidad ante sus argumentos (hay muchos medios que no es que quieran censurar esto, es que realmente pensaban que iban a ir cuatro gatos como en otras manifestaciones gestadas en internet) y continuas denuncias de "estar vendidos".
Todo suma y leyes que "no deberían influir en el voto" se acaban volviendo en contra. Me refiero, por supuesto a la ley Sinde y su supuesto nulo efecto en el voto internauta. Aunque la relación no haya sido directa sí que ha favorecido el clima de opinión de que se se legisla contra la ciudadanía con acuerdos oscuros a favor de lobbies y grupos de presión, sacrificando derechos de los ciudadanos y corrompiendo un espacio de libertad como es la red.
En El Blog Salmón y Politikon hay críticas duras a los planteamientos económicos de Democracia Real YA. Mi impresión es que cuanto más se acerquen a medidas y políticas económicas concretas, a tener un programa, más difícilmente se va a poder mantener como un movimiento plural y acabará siendo reducido a uno de izquierda reformista. Esto le otorgará un componente ideológico que favorece la más fuerte adhesión de quienes ya militan en ella, pero también acabará expulsando a quienes desde otros puntos de vista se han adherido al movimiento por su crítica a la organización política y la gestión de los partidos. La solución no es fácil, si no concretan, mucha gente se quedará sin saber qué pensar o qué piden realmente. Interesante aquí echar un vistazo a lo escrito por Juan Varela.
¿Esto no ha hecho nada más que empezar? el blog de acampadasol es una muestra de que la voluntad no es sino de crecer y amplificar lo conseguido hasta ahora. Si algo parece claro es que el conocimiento de los nuevos medios (blogs, Twitter, Facebook) está mucho más en el movimiento de protesta que en el otro lado (veáse Roberto Carreras), pero también que han sabido moverse de forma brillante para forzar la agenda de los tradicionales, por mucho que estos todavía no sepan realmente de qué va esto (o no quieran saberlo).
Una última consideración, este movimiento está siendo a la vez distribuido en tanto en cuanto no hay superorganizaciones o líderes que dicten la agenda de forma clara (sí hay nodos más fuertes que otros) pero también centralizado, con mucho mayor peso en plataformas como Twitter y Facebook que son dos de las vencedoras de esta experiencia: los mensajes son completamente "líquidos", instantáneos y efímeros para adaptarse a los trending topics de Twitter, se busca la adhesión y viralidad de Facebook y hay todavía poco debate de razones y argumentos por la propia naturaleza de estos medios y la escasa penetración en blogs y publicaciones. Mientras la protesta siga más instalada en lo emocional (la crítica al sistema actual, el hartazgo) es algo hasta cierto punto sostenible, pero conforme vayan pasando los días y las semanas, es de esperar que el debate de las ideas se traslade también a sitios donde se puedan desarrollar.
¿Está uno a favor o en contra? Realmente, si me tengo que mojar, tengo sentimientos ambivalentes respecto a toda esta movida. En el espíritu reformista, la crítica a los partidos actuales y al nivel de la mediocre clase política, no puedo estar más de acuerdo. Me encanta además la capacidad de una parte de la sociedad para levantarse, protestar y organizarse sin la tutela de partidos y medios... pero una vez llegado a las propuestas concretas acabo entendiendo que Democracia Real Ya y un servidor comparten que quieren otra sociedad, pero no necesariamente la misma.