Chrome como navegador líder, los huevos y el cesto
Finalmente ha sucedido, Chrome es el navegador más utilizado del mundo según StatCounter, la referencia más aceptada del sector a pesar de las críticas del principal damnificado, Microsoft con Internet Explorer.
Más allá de que Chrome haya superado a la suma de las versiones de Internet Explorer o no, la tendencia a favor del navegador de Google es muy clara. De hecho, ya hemos comentado por aquí qué están haciendo con Chrome que Firefox y Explorer han descuidado: además de tener un gran producto, una estrategia realmente agresiva de marketing fuera del territorio de Google (algo que Microsoft parece incapaz de captar por mucho que los números le aplasten). Y mira que Explorer 9 no se merece la fama de sus predecesores (y la nueva versión, IE10 tiene una pinta excelente), pero recuperar el posicionamiento de la marca va a costar a Redmond bastante más que incluirlo en el sistema operativo
En todo caso, para mi esta noticia es una alerta relacionada con una regla que me marqué hace años con mis proveedores tecnológicos: no poner todos los huevos en la misma cesta. Es decir, diversificar con quien contrato los distintos productos y servicios. Ya es su momento me negué a tenerlo "todo Microsoft" o "todo Apple"... y con la web empiezo a detectar una excesiva dependencia respecto a Google: buscador, gestor de correo electrónico, aplicaciones ofimáticas (otro espacio donde Microsoft tiene un gran producto que ha probado casi nadie), navegador web, sistema operativo para el móvil, mapas... demasiado. Al final uno asume un riesgo grande cuando tantos elementos importantes profesionalmente dependen de las políticas, seguridad y estrategia de un único proveedor.
Es por eso que algunos de los productos de Google los he descartado. No soy usuario de Drive a pesar de tener espacio ya contratado con Google, sino que me mantengo con Dropbox y Skydrive; tampoco estoy muy por la labor de ser muy activo en Google Plus en favor de Twitter... y así creo que voy a afrontar la mayoría de novedades de esta empresa. Me pueden gustar más o menos, pero el valor diferencial respecto a la competencia que les voy a exigir es mucho mayor que a cualquier otro. La razón, sencillamente, es que para mi aumentan un riesgo de dependencia que, por mucho que apunten a que me simplifican la gestión, no estoy dispuesto a asumir.