Bitcoin y el mundo crypto no es que tengan una crisis, están teniendo la del 2000 y la del 2008 a la vez
Comentaba con un viejo rockero del internet patrio que en los últimos años estaban resucitando viejos mantras de “la nueva economía” de finales de los 90. La obsesión por el crecimiento en las empresas tecnológicas por encima de cualquier otra métrica, el dinero fácil deseando financiar todo proyecto digital que venga con las “palabras de moda” adecuadas, las salidas a bolsa de empresas en pérdidas.
Concluímos, sin embargo, que las empresas tecnológicas de hoy no son asimilables a las de la burbuja “punto com”: muchas de ellas están en beneficios y tienen de los mejores márgenes empresariales, hay modelos probados con éxito en todo el mundo y poca duda de que, si bien el crecimiento se ralentiza, no usamos menos internet y la tecnología sino más bien al contrario. Aunque es el tiempo de los CEOs de guerra en el sector tecnológico, no cabe la enmienda a la totalidad. De hecho, hay un sector que encaja mucho más en el marco de una crisis como la de entonces, el primo financiero del sector internet y tecnología
El sector crypto venía de su momento “Lehman Brothers” con el colapso de la “stablecoin” Luna hace apenas un mes (nota, la fecha original de este artículo es Junio 2022). El volumen de activos de ambos era similar - se esfumaron más de 45000 millones del mercado con la ruina de la criptodivisa - aunque hay que reconocer que en el caso de Terra y sus tokens el contagio a otros sectores y latitudes ha estado mucho más limitado.
De ahí hemos saltado a las gráficas en rojo de manera constante en las valoraciones de bitcoin y compañía. En el momento de escribir estas líneas la criptomoneda de referencia lucha por mantener los 20000 euros de valoración, cuando llegó a estar a 56000 en noviembre del año pasado.
No es la primera vez que Bitcoin y el resto de criptomonedas sufren grandes caídas, como muchos de sus seguidores nos recuerdan una y otra vez, pero hay un aspecto de las de estas semanas que cabría subrayar. Con la inflación disparada se ha difuminado la espectativa de que Bitcoin o alguna alternativa ejerciera el rol de reserva de valor antiinflacionaria. Cuando más lo necesitaban, sus poseedores han visto que con lo que más correlaciona el precio de un bitcoin es con la valoración en bolsa de empresas tecnológicas, que caen en picado.
La noticia de que la plataforma de compra y venta de cripto Celsius Network no permitirá las retiradas de fondos debido a problemas de liquidez es lo que más ha recordado a la burbuja “punto com”. Sus promesas de rentabilidad asegurada eran algo que podría uno creerse sólo con la aparición de una nueva economía que superara los viejos preceptos de producción de valor y márgenes razonables. Como a finales de los 90, no ha sucedido
Esta no es una crisis de valoración de las criptomonedas más. A ese momento “2008” con Luna hay que sumar una pérdida del relato, de unas narrativas que como mitos fundacionales de la web 3 han sido abrazadas durante las subidas… pero resultan más difíciles de sostener cuando se han perdido hasta el 80% de lo invertido
Las empresas tecnológicas desde el año 2000 ya no pudieron captar inversiones millonarias basándose en que eran el futuro, que tenía sentido que la gente comprara y se informara por internet, que veríamos vídeos, que la publicidad sería más efectiva y compraríamos múltiples dispositivos. Llegó un momento en que a ese relato le faltaron resultados financieros, rentabilidad real que empezara a hacer tangible la promesa y demostrar que todo estaba siendo dimensionado para la realidad del tamaño de los mercados. Llegó un momento en que empezó a resultar poco creíble levantar millones para montar un comercio electrónico para mascotas mientras los escasos usuarios apenas nos conectábamos a internet para el correo, meternos en el chat para intentar ligar, ver tres páginas y consumir, ejem, porno.
Muchos dicen abrazar el mundo crypto por la tecnología y sus posibilidades y no tanto por la especulación. Para ellos es el momento, como sucedió al sector internet y tecnología tras el 2000, de construir productos de verdad, que aporten valor y solucionen problemas existentes a los usuarios. Cuando uno pregunta casos reales y para qué se están usando, las respuestas varían entre herramientas para consumo interno del sector crypto, alternativas - o más caras o más lentas o inutilizables si no eres un experto o todo a la vez - a lo que ya hacemos o promesas vagas de relato sobre la transferencia de valor o lo importante que es tener una alternativa al sistema. Hay un caso peor, los descarados esquemas de Ponzi que circulan en ocasiones, como ocurre con en muchos juegos que publicitan que te pagan por jugar
De hecho el caso de uso más amplio que ha parido el sector crypto son los NFTs. Aquí de nuevo parece haber caído el hype con el que empezaron a sonar, amén de la legión de críticos que ponen la voz en grito cada vez que un creador de contenidos intenta colocarles la mercancía o un estudio de videojuegos amaga con integrarlos. Si hubo un boom con ellos es debido a que muchos millonarios del mundo crypto no sabían muy bien qué hacer con tanto dinero y esto servía como manifestación cultural artística del fenómeno, amén de como símbolo de estatus dentro de la comunidad. Eso sí, creo que hay que reconocerle a los NFTs el haber conectado con una cierta demanda de propiedad digital que no dependa del dueño de la plataforma del momento
El mundo crypto se ha quedado desnudo, como sucede en las crisis. Veremos quiénes creen en que la tecnología tiene algo que aportar a largo plazo y quiénes, por mucho que su discurso fuese otro, se sumaron a la ola de subida. Durante años los creadores de empresas de la web3 han tenido dinero fácil de inversores, cuando no han crecido a costa de sus usuarios en forma de ICOs pidiendo dinero sin ceder propiedad e incentivando un ecosistema de productos difíciles de usar, con pobres modelos de negocio y peor propuesta de valor para la sociedad.
Los que se sumaron a la inversión de criptomonedas al calor de las subidas van a aprender una lección de la única manera en que se puede, con dolor en el bolsillo. No hay grandes retornos en inversión sin asumir riesgos enormes. Esto lo han vivido generaciones de inversores pero no hay ninguna que no caiga y abrace la burbuja de turno.
La crisis de la “burbuja punto com” fue una gran purga, pero compañías como Apple o Amazon hicieron la travesía hasta un momento en que la tecnología y la sociedad estaban preparados para sus propuestas. Si hay un relato que podemos comprar hoy al mundo crypto es que en unos años veremos cuánto hubo de valor real en sus promesas y cuánto de relato que funcionó mientras las criptomonedas subían. Hablamos en 2027
Publicado originalmente en Retina. Imagen de cabecera: Antonio Ortiz con Stable Diffusion