Apple y Sony demandados por sus DRM en Francia
Si compras una canción en iTunes, el único reproductor portátil en la que la podrás escuchar es iPod. Lo mismo sucede con Connect, la tienda de Sony, y sus reproductores portátiles. La situación parece que va a ser extrapolada por Apple a los móviles (merced a su acuerdo con Motorola), pero no por Sony que afirma que utilizará estándares abiertos para el DRM en sus Walkman Phones. Pero mientras esto llega, ambos han sido demandados por la Union Federale des Consommateurs-Que Choisir, una asociación de consumidores francesa que los acusa, con toda lógica, de que esta falta de interoperabilidad entre sus tecnologías DRM elimina el derecho del usuario a elegir libremente en el mercado de reproductores de música portátil (vía News.com). Dejando al margen si este hecho con la ley francesa es constitutivo de delito (asunto que francamenre ignoro) el tema es que estas prácticas derivan en situaciones muy perjudiciales para los usuarios. Quedar preso de un formato propietario y cerrado que pertenece a una compañía le hace quedar a uno a merced de los precios y políticas que esta adopte, descartando toda posible competencia que rebaje precios o provoque innovaciones. Microsoft (por una vez no vamos a hablar demasiado mal de ellos) mantiene sus sistemas propietarios de DRM, pero al menos los licencia para que cualquier fabricante pueda adoptarlos (con un pingüe beneficio para Redmon, que además se asegura de que muchas tiendas de música online elijan WMA). El caso de Apple es para mí algo enigmático. A estas alturas creo que es la única compañía que ha llegado al éxito con un formato propietario y cerrado, en el que no dejan entrar a nadie (recordemos el intento de RealNetWorks). El "efecto iPod" (no voy a negar que es un gadget magnífico) y la imagen de marca de Appla consigue hacer desaparecer los más obvios instintos de supervivencia de consumidores que hubiesen rechazado la misma fórmula si hubiese venido de Microsoft o Sony.
El DRM se plantea como uno de los asuntos nucleares en los debates alrededor de la propiedad intelectual que se avecinan. En este aspecto, constituye un importante limitador de la difusión de productos culturales en pro de de asegurar un coste de adquisición de los mismos. En el técnico es la búsqueda de un imposible, mientras existan caminos alternativos como el del hackeo de Napster y no sea obligo adoptarlo en cada software/hardware que reproduzca música, aunque para esto ya hay ideas en Estados Unidos.