Android arrasa, pero Google necesita arreglar su market
En un año, Android creció un 886% en todo el mundo según datos de Canalys, mientras que en Estados Unidos Nielsen lo sitúa como la plataforma con mayor crecimiento en los últimos seis meses. Unos datos espectaculares para llevar apenas un par de años en el mercado y haber alcanzado la madurez con su segunda versión y la generación de móviles del último año que han traído, sobre todo, HTC, Samsung y Motorola. Al final tenemos que en el mercado móvil hay muchos perfiles de usuarios (quienes quieren un teclado físico, quienes compran por la cámara, quienes quieren el más ligero posible...) y la filosofía de un sistema para muchos fabricantes permite que se acceda a un mayor porcentaje que con un único tipo de terminal. De ahí que aunque el iPhone sea "más deseado" según Nielsen, en ventas la plataforma Android sea quien está mejor posicionada para repetir la historia de Windows.
A pesar de estos número, Android tiene que afrontar varios retos: la fragmentación entre distintas versiones, la adaptación que cada fabricante hace de su interfaz y los problemas que esto añade a los desarrolladores y, sobre todo, las suspicacias que hay en torno al Android Market. Aquí tenemos denuncia de aplicaciones que "espían a los usuarios" (Venture Beat), problemas de seguridad (Geek.com)... pero persisten a su vez las críticas ante el control de Google y su actuación borrando aplicaciones del teléfono de los usuarios, el ya comentado debate entre más control o menos por parte de Google en Android.
Pero donde más se están aplicando es la protección anticopia de las aplicaciones para los desarrolladores que así lo quieran. Con un ojo puesto en la AppStore de Apple, el reto aquí es conseguir un ecosistema donde los que crean software y enriquecen la plataforma tengan el máximo número de vías de negocio: por publicidad, por pago, por suscripción... es donde Apple está construyendo su "efecto red" particular y a donde el resto de plataformas intenta llegar con más o menos fortuna.
En todo caso, el siguiente capítulo de Android es ver hasta qué punto Google es capaz de convertirlo en negocio más allá de integrar dos o tres servicios y que los beneficios por venta de terminales se los lleven otros.