Adolescentes y redes sociales

Las horas que pasan los adolescentes en internet - sobre todo en redes sociales tipo Tuenti o Facebook - no son en absoluto tan peligrosas como empiezan a pintarlas algunos medios de comunicación ni una pérdida de tiempo como insisten en señalar desde generaciones anteriores. Interesante echarle un vistazo a un estudio realizado por la MacArthur Foundation (vía NYT), analizando a 800 jóvenes en Estados Unidos durante tres años.
La conclusión del estudio es que el tiempo empleado por los adolescentes en redes sociales no sólo no es una pérdida de tiempo, sino que resulta valioso en términos de cultivar habilidades sociales y técnicas. Señala dos tipos de interacción con medios digitales: uno motivado por mantener el contacto con los amigos durante todo el día (que por aquí hemos llamado la búsqueda de lo relevante en el plano personal) y por otro el motivado por otros intereses que implican el acceso a contenidos y comunidades centradas en una temática (la búsqueda del contenido de calidad).

Todavía hay quien se escandaliza porque el adolescente medio emplea su tiempo en Tuenti y no accediendo a "contenidos de calidad" creados por medios de comunicación, entonando a continuación la típica canción "esta juventud se pierde". Por un lado, es algo completamente lógico: lo que ofrecen los servicios de redes sociales en internet como Facebook y Tuenti es mantener el contacto con el grupo, la pandilla: comentar la fiesta de ayer, saber lo que anda haciendo esa persona que tanto le interesa, las fotos y comentarios de los últimos días... todo mucho más cercano a su área de intereses personales que el mejor contenido editorial que desde cualquier medio se pueda construir.
Por otro lado, lo que este estudio apunta es algo que cualquier adolescente nos podría explicar, los servicios de redes sociales ayudan a socializar de una manera muy similar que otras experiencias en grupo. Gestionar la imagen personal dentro del grupo, aceptar y procesar el feedback proporcionado por los contactos ante sus conductas o la búsqueda y perfeccionamiento de formas de expresión personal son algunas de las habilidades sociales que potencian los servicios de redes sociales, que no sustituyen las relaciones "del mundo real" en forma de "segunda vida" (como he leído recientemente a más de uno) sino que extienden y complementan a las mismas.
La privacidad

Como señala Albert analizando otro estudio de redes sociales hecho en España (Zed Digital, PDF), la privacidad es el argumento esgrimido más habitualmente contra las redes sociales tipo Facebook o Tuenti. Comparto la preocupación, pero siempre me gusta señalar dos puntos: la privacidad es un derecho, no una obligación, un servicio que permita controlar al usuario qué comparte y con quién deja la responsabilidad a quien debe tenerla, al usuario (es el motivo por el que Facebook Beacon me pareció inaceptable); segundo punto, los adolescentes están migrando de entornos privados como Messenger a otros semipúblicos como Tuenti. ¿los motivos? A mi entender dos, el descubrimiento del valor de las comunicaciones asíncronas (en contra de los que clasificaban la "generación Y como síncrona") y el deseo de menos privacidad para algunos tipos de mensaje.
Adolescentes y redes sociales es una mezcla que no resulta ni tan peligrosa ni tan carente de valor como se insiste en pintarla desde análisis superficiales y alarmistas. Incluso para quienes estamos ya crecidos suponen una herramienta valiosa siempre que esté bien gestionada: si en el servicio elegido está la gente que realmente te importa, entonces aportará mucho valor, si los contactos no son amigos reales... pues aporta mucho ruido. Tuenti o Facebook, incluso Twitter son una apuesta por intentar ofrecer al usuario lo que le es relevante desde el punto de vista personal, entendiendo internet no sólo como una plataforma de publicación sino también de comunicación de lo personal. Como todo, pasarán y en algunos años aparecerán otras nuevas estrellas de la red (o ellas evolucionen lo suficiente para evitarlo), pero la necesidad que cubren seguirá ahí.
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