Penalizar el anonimato en internet con irrelevancia (o al menos intentarlo)
Es lo que apunta Schmidt como tendencia de futuro: Google restará visibilidad en el buscador a aquellas páginas que no vengan firmadas por un autor que haya dado su identidad real a Google+; tampoco perdería de vista su vaticinio sobre estados y anonimato online, recordando el interés de los estados por poder asociar actividades online con personas físicas.
No deja de ser curioso que Schmidt diga esto justo cuando otros espacios - "medios sociales", sobre todo Twitter y la blogosfera donde uno puede tener cierto grado de anonimato - constituyen vías de visibilidad y distribución de la información cada vez más potentes, cuando ya casi nadie considera que Google y su buscador sean el árbrito de la relevancia online.
Uno puede entender el interés de organizaciones como SGAE en el fin del anonimato en internet, también de algunos gobiernos (bueno, esto no tanto), pero en el caso de Google sigo sin pillar el fondo del asunto, por qué llevan tiempos con esta especie de obsesión de navegar con el carnet en la boca.