Las redes ya no son sociales. Lo social en internet ahora es el grupo de chat
Un elogio al espacio digital que menos me polariza, con el que me siento mejor, más conectado a una experiencia verdaderamente social.
Amigas, amigos, hoy edición con un tema a fondo. Viene con un patrocinador que tiene un portátil bastante chulo, os lo cuenta y empezamos…
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El grupo de chat es lo que queda de social en internet
Los servicios que originalmente eran “redes sociales” han ido convirtiéndose en plataformas de contenidos con menos relaciones horizontables y más verticales. En Facebook, Twitter o Instagram el “veo que hacen mis amigos y hablo con ellos” va a la baja; el “sigo a creadores de contenidos con muchos seguidores”, al alza.
Es un fenómeno que hemos discutido varias veces, “más content y menos social”. Una de las jugadas que le salió bien a TikTok y que el resto está intentando replicar. En mi opinión creo que es hora de reconsiderar el “menos social”, sobre todo si echamos un vistazo a cómo se han movido ultimamente WhatsApp y Telegram.
Se puede resumir en una frase: lo social en internet ahora es el grupo de chat.
Las tendencias que han ayudado en el proceso son diversas, pero confluyen. Por un lado los usuarios “normales” sufren de las externalidades de lo público sin los beneficios que tienen los famosos: te trolean y critican, recibes zascas, por momentos te mueves en entornos agresivos y faltones. Pero por lo general no hay gloria que recibir, ni ingresos ni popularidad para la mayoría. La fama es escasa.
No es una tendencia exclusiva de la comunicación y los contenidos. Si repasamos la historia de servicios pensados como “plataformas entre pares”, vemos muchos casos en los que se salta de “comenzamos con muchos usuarios individuales en la oferta del bien y acabamos con pocos pero profesionalizados”. Se me vienen a la cabeza eBay o Airbnb.
Es el pecado de las redes sociales en su crecimiento, el compartir en abierto nos acaba involucrando en dinámicas como el nutpicking y su polarización; la autoconsciencia tras años en internet desemboca en una pérdida de la ingenuidad y el compartir por el compartir; de ahí saltamos a la idea de monetizarlo todo y nos planteamos que si Instagram gana miles de millones ¿por qué iba yo a publicar ahí gratis?.
En los grupos de chat se respira otro ambiente. El ser cerrados nos salva de la cancelación y juicio en abierto. El ser pequeños y planos de pretensiones de creadores y fama, de jerarquías. La ausencia de negocio posible en la participación de trocar el compartir por compartir en publicar lo que tenga más posibilidades de acabar en un ingreso económico.
En el grupo de chat podemos ser más nosotros mismos y no ese personaje que creamos para internet, domado por la corrección, adaptado a lo que funciona y permite conseguir alcance o dinero. Permite desde la comunicación permanente hasta el leve contacto que hace que no nos distanciemos del todo. Con el grupo de chat nos reúnen con otros, ampliando el círculo social. Otras veces sirven para lo contrario, la exclusión y destierro social del otro.
La versatilidad de WhatsApp, Telegram o Discord permite que tengamos diferentes registros en los grupos de chat: el de amigos que por fin tienen un espacio para hablar con libertad sin ser juzgados; el de los que se unen por un interés común y se libran del ruido de estar en otro tipo de plataforma con vocación generalista; el del negocio, el del club deportivo, el del usuarios de una herramienta o aplicación.
¿Y qué pasará con la inteligencia artificial? Hay varios aspectos de ella que siempre considero en su relación con “lo social en internet”. Por un lado la capacidad de generar infinidad de contenido supone un reto para las plataformas, razón de más para refugiarnos en el grupo de chat. Por otro las personas sintéticas y su simulación de lo social ¿nos seducirán para reconducir nuestra experiencia hacia ellas? Yo creo que no, pero lo van a intentar.
En el grupo de chat se discute y se comunica lo realmente importante. Nos impacta mucho más en la vida real ese círculo cercano que los discursos y chatarra de creadores performativos y profesionalizados. Los grupos tienen nuestra atención 24/7, las notificaciones activas, la primera pantalla en el móvil. De la entrevista del FT con Pavel Durov de Telegram concluyo que su modelo, seguido por otro muchos como WhatsApp, es de éxito: 900 millones de usuarios activos mensuales, "cientos de millones" en ingresos tras meter suscripciones y publicidad, valoración de 30000 millones por Vcs que quisieron invertir.
Una última pregunta se cierne sobre el grupo de chat y los servicios que lo habilitan. En la ecuación del proceso de lo social podemos ponderar también esa enshitificación de las redes, su búsqueda de rascar hasta el último céntimo del usuario. Telegram o WhatsApp no son grandes negocio rentables, todavía.
Pagar una sucripción para conseguir algunas ventajas o ver un poco de publicidad pueden ser la vía para remediarlo. Mientras que nuestra comunicaciones estén basadas en protocolos cerrados y controlados por empresas privadas, existe el riesgo de que la experiencia se degrade. La interoperabilidad a la que obliga la UE es un paso que limita el poder de WhatsApp para abusar de la “barrera de salida”, pero sólo necesitamos un trimestre malo de Meta para que alguien levante el dedo y señale todo el dinero que podrían ganar en los grupos de chat si los saturan publicitariamente.
Para los que, como un servidor, sienten nostalgia de la cámara de eco, el grupo de chat es el espacio digital que menos me polariza, con el que me siento mejor, más conectado a una experiencia verdaderamente social.
Breves
La música local es mucho más popular en streaming de lo que esperaba la industria. Al menos en muchos países europeos (no tanto en España). MBW.
Meta sobre cómo está construyendo su infraestructura tecnológica de inteligencia artificial con la que entrenará Llama 3. Blog oficial.
Estupenda pieza sobre cómo el origen de muchos términos que son comunes en la programación de ordenadores hoy en día se originaron con la Mark I. Harvard.
El cierre de Taringa comentado por su fundador, Matias Botbol. En Twitter.
Muy interesante. Hay algunos ejemplos de esos chat, que sean de éxito, pero que no pertenezcan a los grandes de internet?